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PIENSO, LUEGO SOY; AFIRMACIÓN CONSCIENTE

Gustavo Blanco Ocharan

gblancociticars@gmail.com

Cierra los ojos por un instante y declara con convicción que es lo que tú eres

 

“Pienso, luego existo” la famosa frase de René Descartes que mejor traducida es “pienso, luego soy” en latín cogito ergo sum y en el francés original Je pense donc je suis (yo pienso, entonces soy); nos permite profundizar específicamente en lo que realmente somos o creemos ser.
Existir es diferente que ser; una planta existe, un ser humano es; este simple detalle resulta una invitación a pensar cómo concebimos la vida y en la práctica como realmente la vivimos.
Es preciso recalcar el poder que tienen nuestros pensamientos, creencias y decretos porque determinan nuestras acciones, decisiones, conductas y comportamiento. Los pensamientos son porciones de energía que actúan como semillas destinadas a dar fruto, es importante alimentar nuestra mente con pensamientos positivos que fructifiquen afirmaciones sanas, buenas, equilibradas, prósperas porque estas afectan favorable o desfavorablemente nuestra calidad de vida y de una u otra forma confirman que podemos co crear la realidad.
Tenemos una mente poderosa que trabaja a nivel consciente e inconsciente; este último, el inconsciente, es como un registro sensible que almacena todo tipo de información verdadera o falsa, aparente o real, presente o pasada, individual y colectiva; tangible o imaginaria, positiva o negativa y que además, tienen la particularidad de no olvidar nada, todo lo almacena.
Las creencias propias y los patrones culturales unidos a la herencia genética y a la relación atávica influyen por generaciones en la manera como pensamos y la forma como la estructura social moldea y condiciona nuestro comportamiento a través de la familia, la escuela, la universidad, el gobierno, los medios de comunicación, etc.; Carl Jung se refirió con acierto al denominado inconsciente colectivo que sumado al inconsciente individual explican en gran medida nuestro comportamiento.
Dentro de este esquema mental se consolidan los paradigmas que suelen ser estructuras que predeterminan y condicionan nuestros pensamientos, los encasillan y actúan como lentes o filtros con los que percibimos e interpretamos la realidad. Como en todo, existen de un lado, paradigmas productivos, vigentes y válidos; como también, aquellos que solo fomentan prejuicios, discriminación y descalificación. En ambos casos, ambos responden a nuestro sistema de creencias.
El pensamiento tiene poder como lo tiene la palabra; tanto lo que creemos como lo que manifestamos son ondas de energía que sintonizan frecuencias que lanzamos al Universo que a su vez responderá compartiendo información que sintoniza con la misma frecuencia y vibración; siendo así, una vez más es crucial hacer consciente y evaluar permanentemente la calidad de intenciones, pensamientos, creencias, sentimientos, deseos, expresiones y afirmaciones que emitimos. Nos convertimos en lo que creemos y aquello que manifestamos son órdenes codificadas que se instalan tanto en nuestro cerebro individual como en el complejo campo unificado del Universo.
Si tenemos el poder de manifestar y sabemos que lo que emitimos determina nuestra realidad entonces ahora sí podemos hacer consciente que somos autores y responsables de nuestro destino, siendo esta toma de consciencia, el inicio del despertar espiritual.
¿Cuál es la realidad que anhelas?, ¿cuáles son tus más preciados deseos?, ¿qué es para ti la felicidad?, ¿cómo concibes a tu ser esencial? ¿Cuál es tu propósito de vida?; estas son algunas reflexiones recurrentes que plantean interrogantes que bien podemos comenzar a desentrañar, conociéndonos un poquito más y expandiendo nuestro nivel de consciencia.
Sean cuales fueran tus respuestas a los temas sugeridos o similares; lo más importante es que ahora ya disciernes para verdaderamente ser tú mismo, para conectar con tu ser esencial.  Si utilizas a tu favor el poder del pensamiento positivo y la manifestación entonces habrás dado inicio al camino de la autoconciencia y trascendencia.
Ahora podemos entender mejor porque cuando la divinidad se presenta lo hace como el Yo Soy el que Soy; y Jesús de Nazaret el amado Hombre-Dios lo hace también como Yo Soy; el camino, la verdad y la vida; Yo Soy el buen pastor, la puerta, la luz del mundo, la vid verdadera, la resurrección, entre otros, estaba enseñándonos la manera de manifestar.
Cierra los ojos por un instante y declara con convicción que es lo que tú eres, por ejemplo: Yo soy un ser de luz, yo soy energía pura; yo soy saludable, yo soy próspero: Yo soy un ser abundante. Yo atraigo a mi vida riqueza, oportunidades  y prosperidad; yo me relaciono con personas que me edifican. Yo elevo mi conciencia, vibro en armonía. Yo admiro, respeto y valoro la Naturaleza; Yo soy Amor, soy perdón, soy paz; Yo vivo en equilibrio; Yo soy uno con el Padre; Yo soy la presencia De Dios, en acción aquí y ahora.
Por el poder del Yo Soy Eterno, lo declaro, lo afirmo y lo confirmo. Hecho está. Namaste.
California julio 30, 2023.

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