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SE VIOLA EL DERECHO AL SECRETO PROFESIONAL DE JUAN CARLOS TAFUR

Escribe: Víctor Andrés Ponce

Director de El Montonero

debemos expresar nuestra plena solidaridad con Juan Carlos Tafur, así como, igualmente, expresamos nuestra absoluta solidaridad con Beto Ortiz cuando se le lanzó la mano autoritaria.

Una de las consecuencias más graves y preocupantes del allanamiento a la casa del periodista Juan Carlos Tafur, director del portal Sudaca, es la violación del secreto profesional y de la reserva de las fuentes en el periodismo. El secreto profesional en la actividad es una de las vigas maestras de la profesión en las sociedades occidentales o en las sociedades con Estado de derecho. Y de una u otra manera, ha desatado tensiones y enfrentamientos con los periodistas en los sistemas republicanos, en los regímenes autoritarios y en las dictaduras totalitarias. 
No obstante que ya sabemos que muchas veces los periodistas enfrentan las cárceles en las sociedades sin Estado de derecho, no obstante que ya sabemos que las autoridades de un Estado autoritario y corrompido suelen aliarse con la corrupción, los cárteles y las organizaciones ilegales para difamar a quienes ejercen con discreción la profesión, igualmente es necesario señalar que ningún periodista puede estar al margen del Estado de derecho.
Planteadas las cosas así, parece absolutamente desproporcionado –por la información conocida a través de los medios– que en el allanamiento a la casa de Juan Carlos Tafur los fiscales se hayan llevado todas las máquinas y herramientas en donde se almacenaba la información de las fuentes del señalado periodista.
Algo muy grave está sucediendo en el Perú con respecto al periodismo; sobre todo desde el gobierno de Vizcarra cuando empezó la difamación y la judicialización de la prensa independiente. Por todas estas consideraciones, es necesario levantar la voz y expresar plena solidaridad con los periodistas a quienes se le viola el derecho a la protección de la reserva profesional, que reconocen todas las legislaciones del planeta y los tratados internacionales.
Por otro lado, los periodistas progresistas y de izquierda deberían entender que, al margen de las identidades políticas, hay valores y derechos en el ejercicio de la profesión que deben ser defendidos cueste lo que cueste, porque es la única manera de garantizar el ejercicio de la libertad de expresión. Si no se defendió al periodista de derecha que fue brutalmente difamado o perseguido, no se puede ejercer una defensa eficiente del colega de mi orilla, porque al no defender principios se alienta el monstruo jacobino que puede arrasar con principios fundamentales en el ejercicio de la libertad de expresión.
Por estas razones debemos expresar nuestra plena solidaridad con Juan Carlos Tafur, así como, igualmente, expresamos nuestra absoluta solidaridad con Beto Ortiz cuando se le lanzó la mano autoritaria.
Es hora, pues, de defender aquellos criterios sin los cuales es imposible el ejercicio de la libertad de expresión, al margen de las adhesiones y corrientes ideológicas. No hay otra manera de construir una comunidad democrática.

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