Sensibilidad social, vocación de servicio, formación política, es lo que necesitamos hoy. No sensibleros, demagogos, aventureros ni oportunistas. Depende de los electores.
Ya no llaman a sorpresa los desatinos; pero sí, indignan, por ser reiteradas, las muestras de una total falta de ética pública del presidente del Congreso señor, Alejandro Soto, quien ha denunciado a dos periodistas cusqueños, Yessica Bazalar y Carlos Carrillo, por haber manifestado –según refiere en su denuncia- que, «es uno de los políticos que más avergüenza al Cusco”. Opinión que se sustenta, sin mayor esfuerzo, por la aprobación del 4% (según todos los sondeos) que tiene la institución que representa, devaluada en su legitimidad, precisamente en su periodo, a niveles no vistos en lo que va de los 200 años de historia republicana.
Ha manifestado que, “esa afirmación daña su honor”. Está en su derecho el señor Soto de entenderla como mejor beneficie sus intereses; así como los ciudadanos en el nuestro, para manifestar que; efectivamente, es un político que nos avergüenza, por la forma politiquera como conduce el Parlamento, nivel de representación política del pueblo que, lamentablemente, alucina ser el “primer poder del Estado” y, en esa creencia viene ejerciendo una dictadura que lesiona la democracia, sustentándose en un condenable contubernio de extremos y satélites, que no solo lo ha llevado a presidir la Mesa Directiva; sino que, dentro de la estrategia de “juego en pared” con el gobierno, aseguran su estabilidad hasta el 2026 a cualquier precio, en detrimento de la democracia.
Ante ello; también, podríamos preguntarnos si el abuso en la asignación y cobro de “bonos”, el incremento de presupuesto por créditos suplementarios, el incremento camuflado de sueldos y asesores, el financiamiento de la llamada semana de representación en que hacen proselitismo; el blindaje de los “los niños”, “mocha sueldos”, “viajeros”, etc.; así como el impresionante número de normas que retroceden logros alcanzados (caso educación) y otras que protegen la corrupción e impunidad, blindan a sus colectividades y líderes que además, reciben sueldos de las transferencias de recursos públicos a sus partidos, etc. ¿no dañan el honor y la dignidad del pueblo y si no son suficientes motivos para avergonzarnos e indignarnos por el actual Congreso y de quien lo preside?
En estos días, coincidentes con la afiebrada “feria” de aspirantes a candidatos a la presidencia de la República, también son evidentes los cabildeos para la elección del presidente y de una “nueva Mesa Directiva” del Congreso que, esperamos, no siga el mal ejemplo y tenga el coraje de plantear una reforma integral del Reglamento del Congreso, “limpie la casa”, sea drástica en el cuidado de la ética en el ejercicio legislativo y entienda que los funcionarios son pasivos de crítica, fiscalización y denuncia, para no hacer el ridículo con poses sensibleras, en su afán de ganar espacios en busca de la reelección inmediata que se han otorgado.
Ambas acciones desmerecen la función parlamentaria, pues desnudan la falta nivel para practicar la sensibilidad -distinta a sensiblería- que sustenta la política como generador de servicio honesto, leal con el país.
Sensibilidad social, vocación de servicio, formación política, es lo que necesitamos hoy. No sensibleros, demagogos, aventureros ni oportunistas. Depende de los electores.
One thought on “SENSIBLERIA DESMERECE FUNCIÓN PARLAMENTARIA”
Que tal desfachatez de esos señores que se hacen llamar Padres de la Patria», creo que mientras los partidos políticos, las organizaciones de base y población en general nos hagamos cómplices al callar o actuar a medias tintas o simplemente ser indiferentes ante la gravedad que reviste hoy nuestro País somos además de complacientes insensatos a tal punto que ya no nos interesa aun el porvenir o lo que vendrá como resultado en poco tiempo y estemos dejando que las generaciones venideras vivan en la miseria, delincuencia y absoluta dependencia de los que ahora estan haciendo todo para llevarnos a una condición de esclavitud y sin libertad de elección, ideales, culto y pobreza inminente.
Que tal desfachatez de esos señores que se hacen llamar Padres de la Patria», creo que mientras los partidos políticos, las organizaciones de base y población en general nos hagamos cómplices al callar o actuar a medias tintas o simplemente ser indiferentes ante la gravedad que reviste hoy nuestro País somos además de complacientes insensatos a tal punto que ya no nos interesa aun el porvenir o lo que vendrá como resultado en poco tiempo y estemos dejando que las generaciones venideras vivan en la miseria, delincuencia y absoluta dependencia de los que ahora estan haciendo todo para llevarnos a una condición de esclavitud y sin libertad de elección, ideales, culto y pobreza inminente.