UN DÍA PARA RECORDAR: Perú y Hungría celebran su amistad
Escribe: Ricardo Sánchez Serra*

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Voces, memorias y valores se entrelazaron en el Instituto Porras como acto de fe entre naciones
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En el histórico auditorio del Instituto Raúl Porras Barrenechea de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se llevó a cabo la primera celebración oficial del Día de la Amistad Peruano-Húngara, una fecha que desde este año se inscribe en el calendario como símbolo de afecto, cooperación y memoria compartida entre dos naciones que, aunque geográficamente distantes, han sabido encontrarse en la cultura, la educación y la diplomacia.
El evento fue organizado por la Embajada de Hungría en el Perú y el Instituto Raúl Porras Barrenechea, y contó con la presencia de congresistas, diplomáticos peruanos y extranjeros, intelectuales, exbecarios y miembros de la comunidad húngara. Los himnos nacionales de ambas naciones marcaron el inicio de una jornada solemne, que culminó con un vino de honor.
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“Hungría ostenta uno de los mayores índices de Premios Nobel per cápita del planeta.”
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Antes del brindis compartido, el ambiente se tornó contemplativo. Era el momento de escuchar no solo palabras, sino convicciones. Y en medio de esta jornada inaugural, fue la voz del embajador András Beck la que dio sentido profundo al encuentro.
El embajador András Beck, representante de Hungría en el Perú, ofreció una conferencia magistral titulada Paralelos convergentes, en la que propuso una hipótesis académica: que cada vez que Perú y Hungría han compartido una ideología o interés común, sus vínculos se han elevado a un nuevo capítulo.
“A primera vista, Perú y Hungría parecen líneas paralelas que nunca se cruzan. Pero los puntos de unión han sido potentes y transformadores,” afirmó.
Beck recorrió cuatro momentos clave de convergencia:
Fe e Imperio: misioneros jesuitas húngaros como Francisco Javier Éder y János Rer llegaron al Virreinato del Perú en el siglo XVIII, dejando huella en la evangelización, la educación y la ciencia. Freer fue catedrático en San Marcos y Héter escribió el primer vocabulario de los Mojos en latín.

Migración y acogida: desde los años 20 y especialmente tras la Segunda Guerra Mundial y la revolución de 1956, miles de húngaros llegaron al Perú como refugiados. El país los recibió con generosidad, y hoy sus descendientes forman parte del tejido social peruano.
Diplomacia moderna: tras el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1969, Hungría promovió su modelo de modernización a través de películas, módulos educativos, autobuses Ikarus y equipos médicos. La reapertura de embajadas en 2017 y 2018 marcó una nueva etapa de cooperación.
Educación y cultura: Hungría ofrece 20 becas anuales a estudiantes peruanos. El pisco sour triunfa en Budapest, y cada junio los tranvías históricos de la ciudad se decoran con imágenes del Perú. Este año se inauguró un mural de la amistad en Machu Picchu, representando a una mujer mitad peruana, mitad húngara.
Para Beck, el arte no decora la diplomacia: la revela. En el rostro compartido de una mujer peruano-húngara, nos invita a ver no dos culturas, sino una sola humanidad.
“La grandeza puede venir del silencio. Hungría nos enseña que la cultura, la ciencia y la generosidad son caminos hacia la paz,” concluyó Beck.
“Lima y Budapest comparten una poética triplicidad: el río, el puente y la alameda”
Testimonio
El embajador Librado Orozco Zavala, director general de Soberanía, Límites y Asuntos Antárticos, ofreció una intervención profundamente conmovedora, en la que entrelazó historia, experiencia personal y visión de futuro.
Desde su misión diplomática en Hungría en los años noventa, Orozco vivió la transformación postcomunista del país y descubrió una cultura sofisticada, científica y profundamente humana.
“Hungría tiene una originalidad profunda. Su lengua, su alma magiar, su arquitectura, su gastronomía… todo es extraordinario… Con apenas 10 millones de habitantes, Hungría ostenta uno de los mayores índices de Premios Nobel per cápita del planeta,” añadió Orozco, subrayando el valor del conocimiento como capital invisible.

