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VALE UN PERÚ

Por: César Campos R.

Participé esta semana que fenece en Trujillo de la asamblea general por el 122° aniversario de la Cámara de Comercio de La región La Libertad, institución cuya dirigencia presidida por Alfonso Medrano Samamé ponía fin a su mandato 2022-2024 para pasarle la posta a nuevos conductores.

La rendición de cuentas de Medrano no solo incluyó las pujantes acciones del gremio en defensa del libre mercado (la cual tuvo como ícono plausible y valiente rechazar la presencia del prontuariado ex presidente de la República Pedro Castillo en su sede) y la terca gestión para poner en marcha la etapa número tres de Chavimochic. También dedicó tiempo para rendir justo homenaje a uno de los más grandes empresarios liberteños del último medio siglo.

Hablo del ingeniero agrónomo Rafael Quevedo Flores, quien tuvo el enorme mérito de haber convertido la desértica zona norteña de ese punto del país en una vasta área de desarrollo agroindustrial, pero cuyo emprendimiento inicial y exitoso fue la actividad avícola seguida luego de la ganadera.

Quevedo Flores falleció el pasado 31 de mayo, a los 89 de edad. Su desaparición física motivó en la prensa nacional y la comunidad agraria un amplio recuento de su vida, distinguida por las virtudes del trabajo indesmayable, la bondad, humildad y – sobre todo – la identidad con los trabajadores de sus empresas, a quienes les proporcionó altos índices de bienestar.

Su única función pública y a pedido insistente de nuestro entonces primer mandatario Alan García, el ingeniero Quevedo se desempeñó como ministro de Agricultura entre los años 2010-2011, puesto desde el cual precisamente dio viabilidad al la fase III del proyecto Chavimochic, la gran plataforma de irrigación de norte peruano, y así mismo al casi centenario y olvidado proyecto Olmos en la región Lambayeque.

Por tales y muchas otras razones que exceden esta columna, el cinco veces alcalde de Trujillo y ex gobernador Regional de La Libertad José Murgia Zannier, junto a la Cámara de Comercio local, tomó la iniciativa de proponer al Consejo Regional dirigido por Eder Cadenillas Coronel, otorgar el nombre de “Ingeniero Rafael Quevedo Flores” a la presa Palo Redondo de Chavimochic. La sugerencia fue aprobada por unanimidad.

Emocionante y oportuno recorrer Trujillo hayando un inconmensurable reconocimiento a la figura de Quevedo Flores, igual como lo hago en estas líneas convencido que – hoy, día del 202 aniversario de la proclamación de nuestra independencia – un empresario de su envergadura y a quien conocí cercanamente merece la exaltación a sus desvelos en provecho de todos nuestros compatriotas. El mismo sentimiento que en su oportunidad manifesté a través de este modesto espacio del diario EXPRESO en memoria de otros dos grandes de la industria como lo fueron Alberto Benavides de la Quintana y Gonzalo Garland.

Sí, cabe decir un 28 de Julio que Rafael Quevedo Flores y muchos notables empresarios nativos valen un Perú.

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