VENEZUELA: MAYOR COMPROMISO DE COMUNIDAD INTERNACIONAL

Escribe: Pedro Morales Mansilla

Es imposible que; los peruanos creyentes en la democracia, defensores de libertades, respetuosos de la voluntad popular, que vivimos épocas de aciagas dictaduras y terrorismo asesino, permanezcamos indiferentes ante el drama que viven los hermanos venezolanos; tanto, los que hoy están luchando en las calles de su patria, como los más de 8 millones que han tenido que abandonarla por el fracaso y atrocidades perpetradas por los regímenes chavista-maduristas, especialmente en los últimos trece años de su diabólico poderío.

El  delirante ritmo de la represión impuesta por Nicolás Maduro, que se viene ejecutando con mayor salvajada desde el fraude que se consumó en las elecciones del último 28 de julio, atentando los DD.HH. de quienes justificadamente defienden el triunfo de la oposición democrática que se les quiere arrebatar; merece nuestra categórica condena y repudio; así como un total  respaldo a la posición y expresiones de nuestro Canciller ante la  Asamblea  de la OEA, sustentadas en la realidad y lógica republicana y  los compromisos de defensa de los DD.HH. y la democracia, suscritos soberanamente por el Perú.

Pero el tema no queda allí, tiene episodios colaterales que tenemos la obligación de aclarar y rechazar. Es temeraria y propia del déspota con desequilibrios psicológicos, el calumniar al Perú de “tener centros de entrenamiento” en donde, presuntamente, se preparan desalmado; cuando, por el contrario, no cabe duda que las modalidades que utiliza su dictadura, en complicidad con el TSJE, CNE, FF.AA. y fiscalías, en contra de la heroica oposición en Venezuela, son iguales a las de la organización criminal «El tren se Aragua» (Secuestra, ordena asesinatos, chantajes, roba, etc.). Por tanto, hay fundadas sospechas que el chavismo-madurista, nos exportó su engendro, así como a otros países de la región.

Así mismo, el hecho que la dictadura madurista haya pagado el viaje a Venezuela de congresistas peruanos afines a su línea política,  para que asistan como “veedores” a “sus elecciones”, muestra su premeditación para encubrir  el fraude; así mismo, el grado de irresponsabilidad y fanatismo chavista de los “perulibristas” que viajaron, dejando de asistir a la ceremonia más importante del 203 aniversario de nuestra Independencia (incumpliendo los Art. 5 y 23 del Reglamento del Congreso y violando el Art. 92 de la Constitución que los obliga asistir al Pleno y escuchar el Mensaje  presidencial) y, su nula falta de ética al prestarse a ser cómplices del fraude, mancillando la solemnidad y prestancia del cargo de congresista. Su conducta debe ser procesada ante la Comisión de Ética, es un tema de dignidad y de imagen institucional.

Por otro lado, luego de la multitudinaria, exitosa y valiente demostración de la convicción que anima a la oposición democrática venezolana, expresada el último sábado a lo largo y ancho de su territorio y en diferentes lugares  del mundo, la comunidad internacional ya debe tener clara la situación de  su lucha por la libertad y de la necesidad de realizar todos los esfuerzos posibles para cuidar la vida de María Corina Machado, Edmundo Gonzáles y demás líderes que vienen siendo apresados brutalmente, secuestrados y  según las amenazas propagadas por los alguaciles del gobierno, hasta torturados.

En concreto, se requiere un mayor y eficaz compromiso de la comunidad internacional mundial (incluye  a toda persona) que considera la libertad, el estado de derecho y la democracia como valores no negociables, por más que Maduro, llegando al “clímax” de su delirio diga cínicamente: “Estoy a disposición absoluta de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) como máxima autoridad (…)” y pretenda sorprendernos, vistiéndose de cordero demócrata, como si no supiéramos que ese organismo depende de él y está a su pleno servicio.

Ojalá que los sucesos originados por la dictadura en Venezuela, sirva a los pueblos de América para reflexionar acerca de su participación y votación en la elección de sus gobernantes. Las dictaduras, todas, son perversas.

Lima, 6 de agosto del 2024