No puede haber un vacío temporal que acreciente la crisis actual. En Gutiérrez recae la responsabilidad de asegurar la fluidez del procedimiento y la calidad del resultado.
Nos guste o no, Josué Gutiérrez es el Defensor del Pueblo. A él le corresponde convocar y presidir la Comisión Especial encargada de elegir a los próximos miembros de Junta Nacional de Justicia. Todos están hábiles. El Presidente de la Corte Suprema, el Fiscal de la Nación (aunque sea encargado), el Presidente del Tribunal Constitucional, el Contralor General de la República, la Rectora de la Universidad de San Marcos y el Rector de la Universidad Ricardo Palma son los otros miembros. Los últimos dos fueron elegidos el 21 de marzo.
Nadie se preocupe si hay un cambio, simplemente la posta se entrega al siguiente. Eso ya sucedió cuando Marianella Ledesma reemplazó a Ernesto Blume en 2020.
La evidente crisis del Sistema de Justicia exige agilidad y pertinencia en el proceso y en la selección. No puede haber un vacío temporal que acreciente la crisis actual. En Gutiérrez recae la responsabilidad de asegurar la fluidez del procedimiento y la calidad del resultado.
Existe un proyecto en el Congreso, presentado por Gladys Echaíz, para eliminar la JNJ. No es malo pero es totalmente inoportuno. No hay que abrir más debate por ahora. Sólo hay que cumplir con la Ley.
Qué se necesita
Se necesita un cronograma de conocimiento público. Se necesita saber quiénes serán los encargados técnicos de la evaluación curricular. Quizá uno designado por cada miembro de la Comisión Especial, con el más alto perfil profesional. Se necesita atraer a los mejores postulantes (todos menores de 70 años, no nos hagamos líos gratuitos).
Comencemos a recuperar la confianza extraviada. El país lo agradecerá.
Por otro lado, hagamos votos porque éste Congreso haga una y elija a un nuevo presidente aceptable para la sociedad, con el mayor consenso posible. No hay mucho de donde escoger pero el mejor esfuerzo será igualmente valorado por la población.
Por último, hágase un favor señora Presidente y medite renunciar el 28 de julio. Así tendremos un proceso ordenado y constitucional de adelanto de elecciones. No espere que el aluvión de denuncias en su contra conduzca a la única otra opción que es la vacancia, con el mismo efecto y mayor daño personal.
Llegar al 27 de julio de 2026, señora Dina, es ya una alternativa casi imposible. Vacarla ahora también ¿o alguien imagina a Alejandro Soto ciñéndose la banda presidencial?
Sesudo artículo estimado Elmer. Completamente de acuerdo para elegir la nueva JNJ porque la coyuntura actual política y legal así lo amerita.