El Ejecutivo ya debería mirar y empezar a crear infraestructura para que el megapuerto sea la coyuntura ideal de desarrollo del norte más próximo a Lima.
Uno de los eventos de mayor importancia que viene promocionando el Gobierno es el fastuoso megapuerto de Chancay, un ‘hub’ portuario que sería uno de los más modernos de América del Sur. Este proyecto ha sido financiado por COSCO Shipping Ports Limited, un grupo de empresas chinas reunidas en este consorcio, y algunos capitales peruanos.
¿Pero qué implica que Perú tenga un megapuerto de estas características? En principio, se ha dado una inversión de cerca de 3.000 millones de dólares para la construcción de este nuevo terminal portuario, el cual permitirá que Shanghái esté más cerca del Pacífico, aproximadamente a 10-12 días de travesía y con ruta directa a distintos destinos. Esto generará mucho trabajo y mucho comercio en nuestro país.
Los datos generan optimismo. Ya se han creado, de manera directa e indirecta, cerca de 7.500 empleos en la construcción de esta infraestructura marítima. Además, se calcula que se moverán cerca de unos 30 millones de toneladas anuales de carga, generándose como uno de los principales puertos de América Latina.
Asimismo, el desarrollo de la provincia de Huaral y sus 12 distritos será interesante en los próximos años. Según las proyecciones de los más prolijos especialistas, el norte chico cambiaría para bien, trayendo desarrollo, prosperidad y riqueza a la zona.
¿Tanta belleza puede ser cierta? Si bien el Perú tiene un potencial enorme, también goza de desgobierno y la presencia de delincuentes asfixiando a las mineras con cupos y otras extorciones, por lo que limita el potencial enorme del de la extracción del cobre en nuestro país por ejemplo y además del crecimiento experimentado por diversos sectores en los últimos años, el cual no hemos sabido capitalizar estas oportunidades que nos brindó el contexto mundial en nuestro propio beneficio.
Se prevé una situación compleja aquí también. El Ejecutivo ya debería mirar y empezar a crear infraestructura para que el megapuerto sea la coyuntura ideal de desarrollo del norte más próximo a Lima. La visión del Estado para esta zona debe ser de tener mayores servicios básicos, como la construcción de hasta tres hospitales con las mayores condiciones en nivel y grado de complejidad para esa zona, construir dos o tres comisarías que puedan reforzar la seguridad, con un complejo aduanero importante para el control de las salidas de carga.
Los conflictos de las bandas de crimen organizado, que se disputan por el control del territorio en el norte chico, serán mayores cuando el megapuerto esté en funcionamiento, dado que habrá un importante movimiento comercial. ¿Qué condiciones les vamos a dar a todas las empresas que busquen invertir en esta parte del país, que tendrá gran desarrollo, para que tengan la tranquilidad de hacerlo? ¿Qué acciones está tomando el Gobierno Regional de Lima? ¿Cuál es el plan de seguridad regional que involucra al ‘hub’ marítimo? ¿Los empresarios que han invertido en esta infraestructura podrían realizar acciones de responsabilidad social en la zona para combatir o prevenir la delincuencia?
No existe el principio de autoridad en la zona, eso está claro. Y si es que el gobierno no toma medidas urgentes, ¿van a aumentar los casos de sicariato? Si no se toman medidas rápidas, esto avanzará y estará fuera de control. Se tendrían que buscar salidas urgentes; una de ellas podría ser tener un cuerpo de seguridad privada para toda la zona, con apoyo de la Policía Nacional, alojados en centros de control. También se podría declarar un mecanismo legal para que el desarrollo de esta parte del país (urbano, vial, salud pública, entre otros) no cese por causa de la burocracia, ya tenemos los casos de las mineras quemadas, de los empresarios asesinados y otros. Por lo que cabe preguntarnos: ¿podremos con el megapuerto de Chancay?
