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DESNUTRICIÓN CRÓNICA INFANTIL LLEGÓ AL 12.5%

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES) 2024-I, La desnutrición crónica en niños menores de cinco años  subió de un 11.5% (registrado en el 2023) a un lamentable 12.2% este año.

Se trata de una cifra que debe encender las alarmas de todas las instituciones peruanas por las graves consecuencias que representa para la niñez peruana, lo que involucra directamente al futuro del país.

El estudio indica que el porcentaje alcanzado este año en lo que respecta a la desnutrición crónica infantil, es mayor inclusive a las cifras registradas en el periodo comprendido entre el 2020 y 2023.

Según la investigación, tales resultados ponen en evidencia la existencia de desigualdades en el acceso a alimentos ricos en proteínas, especialmente en el caso de las poblaciones vulnerables de las áreas tanto rurales como urbanas.

Además, se pone en evidencia que el porcentaje de niños que nacen con bajo peso en el Perú es del orden del 7.3% cifra que no ha variado mucho desde el año pasado en donde se registró que un 7.4% de los infantes vinieron al mundo con esta condición.

La encuesta también reveló que reveló que el 23.2% de las mujeres de 15 a 49 años tiene anemia, lo cual pone en relevancia la existencia de una crisis en el sistema de salud peruano, que no logra superar las cifras desde el 2009.

LOS EFECTOS

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la desnutrición crónica tiene graves efectos, entre ellos, porque afecta directamente el aprendizaje en la etapa escolar de los menores que la padecen.

Ello se explica en el hecho que el 80% del cerebro humano se forma hasta los tres años de vida. En consecuencia, los especialistas advierten que no recibir los nutrientes necesarios en este periodo, va a marcar la existencia de la persona durante toda su vida.

La desnutrición crónica, también expone a los niños a enfermedades no transmisibles, como hipertensión o diabetes en la vida adulta, y origina una serie de dificultades para insertarse en el mercado laboral durante la vida adulta.

“Un niño con desnutrición crónica tiene una talla inferior a la estándar para su edad, por ejemplo, puede tener 4 años, pero parecer de 2. Una vez que el retraso en el crecimiento es diagnosticado, no hay marcha atrás. Por eso es clave apuntar a la prevención y comprender la dimensión de la problemática”, indican los expertos de Unicef.

LAS CAUSAS

Al respecto, los especialistas de Unicef advierten que causas de la desnutrición infantil no responden a un solo factor sino a un conjunto de deficiencias. Estas incluyen la falta de acceso a alimentos, condiciones socioeconómicas precarias, prácticas de alimentación inadecuadas, la falta de agua potable, deficiencias en el acceso a los servicios de salud y el bajo nivel educativo de los padres o cuidadores de los menores de edad.

En el caso de la insuficiente ingesta de nutrientes que es provocado por una dieta desequilibrada o baja en nutrientes esenciales, se indica que esto se debe, también, a la ignorancia respecto a las prácticas alimenticias saludables y a la imposibilidad de acceder a alimentos frescos o variados.

“Las familias con recursos limitados pueden tener dificultades para contar con alimentos adecuados y servicios de atención médica”.

La desnutrición infantil también es generada por diversas enfermedades. “Las diarreas, infecciones respiratorias y parásitos intestinales (por consumir agua contaminada) pueden aumentar las necesidades nutricionales del cuerpo y reducir la absorción de nutrientes, contribuyendo así a la desnutrición”, se advierte.

Otra causa es la ausencia de servicios de salud accesibles y de calidad, lo cual suele generar diagnóstico y tratamiento tardíos de enfermedades que afectan al estado nutricional de los menores, así como una inadecuada promoción y apoyo a la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del niño.

A ello abona los problemas saneamiento e higiene. “No tener acceso a agua potable y a unas condiciones higiénicas adecuadas aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades que afectan la nutrición”.

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