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LA EMERGENCIA CLIMÁTICA ES LA ‘ESPADA DE DAMOCLES’ QUE PENDE SOBRE LOS PAÍSES

La emergencia climática no es un juego. De acuerdo con una investigación publicada por Asia Pathways (el blog del Instituto del Banco Asiático de Desarrollo), los fenómenos naturales, se han convertido en una grave amenaza para el desarrollo de los países, porque pueden tener impactos materiales en el riesgo soberano, que se traduce en la incapacidad de las naciones afectadas de cumplir con el pago de sus deudas.

De acuerdo con los expertos, uno de los efectos del cambio climático es el aumento de la temperatura en la tierra en más de 1.5 grados durante los últimos 12 meses, lo cual ha generado lluvias torrenciales y calor extremo en diferentes zonas (la costa peruana no es la excepción), frio intenso en varios países, lluvias torrenciales, tormentas extremas, ciclones, sequías y nevadas muy pocas veces vistas.

 

“Todo ello incide en el riesgo soberano se refiere a la probabilidad de que un país no pueda pagar sus deudas. Sin embargo, desde la crisis financiera mundial, las interacciones entre los equilibrios fiscales, la deuda pública y privada y el sector financiero han demostrado ser muy complejas. El riesgo soberano refleja esta complejidad”, advierten los expertos de Asia Pathways.

En ese sentido se toma como ejemplo, las inundaciones que azotaron Pakistán en 2022, las mismas que fueron ocasionadas por lluvias monzónicas más intensas de lo habitual y por un derretimiento más rápido de los glaciares.

Mataron a más de 1,700 personas, dejaron a medio millón sin hogar y costaron alrededor de 30, 000 millones de dólares. Los acontecimientos llevaron a Moody’s a revisar a la baja la calificación crediticia soberana de Pakistán en un nivel, citando riesgos amplificados de liquidez y sostenibilidad de la deuda junto con la caída de las reservas de divisas”.

LOS EFECTOS

En ese sentido, se advierte que en la actualidad los países enfrentan dos riesgos principales relacionados con el clima:

El primero de ellos es el riesgo físico debido a que, la cada vez mayor intensidad de los fenómenos meteorológicos, están teniendo un importante efecto adverso tanto en el aspecto social como económico de los países afectados.

El segundo es el llamado “riesgo de transición” que se traduce en el peligro de sufrir pérdidas derivadas de los cambios sociales, legales o regulatorios que implica dar una respuesta al cambio climático mediante el desarrollo de una economía baja en carbono.

“La implementación de políticas de mitigación y el desarrollo de tecnologías más amigables con el clima crean enormes desafíos que pueden amenazar la estabilidad social, política, económica y financiera de un país”, precisan los especialistas.

RIESGO SOBERANO

De acuerdo a ello, los expertos sostienen que los fenómenos relacionados con el cambio climático afectan negativamente al riesgo soberano a través de varios canales de transmisión de la siguiente manera:

Agotan el capital natural. “Con la actividad humana, el capital natural está disminuyendo y el cambio climático está amplificando esta tendencia. Los fenómenos meteorológicos extremos o el calentamiento global pueden destruir todo un ecosistema, ralentizar el crecimiento económico, erosionar los ingresos y socavar la capacidad del gobierno para pagar la deuda, exacerbando el riesgo soberano”, indican los especialistas.

Los desastres naturales tienen un impacto fiscal adverso. Ello debido a que pueden perturbar la actividad económica de un país afectando negativamente los ingresos fiscales. “La destrucción de activos físicos del gobierno y de infraestructura pública relacionada con los desastres, y el apoyo financiero a hogares y empresas, agravan el desafío y aumentan la deuda pública”.

Gastos imprevistos. Se indica que si bien las políticas de mitigación y adaptación para enfrentar la emergencia climática son necesarias, estas no dejan de ser costosas.

“Por ejemplo, las necesidades de financiación para la adaptación en los países en desarrollo son 10 veces mayores que los actuales flujos públicos internacionales de financiación para la adaptación. Según la Agencia Internacional de Energía (2023), la inversión global necesaria para alcanzar el nivel cero neto para 2050 se estima en 4,7 billones de dólares al año, o alrededor del 5% del PIB mundial actual”.

El impacto macroeconómico. Los especialistas advierten que los riesgos físicos y de transición pueden causar shocks de oferta y demanda que impactan en la producción económica y la capacidad de pagar la deuda de los países.

Tiene efectos en el sector financiero. “Los fenómenos meteorológicos extremos y los riesgos físicos crónicos, como el aumento del nivel del mar, pueden dañar los activos operativos y reducir la capacidad de los prestatarios para pagar su deuda, aumentando los préstamos morosos y los riesgos del sector bancario”, se indica en un artículo publicado por Asia Pathways.

Los desastres pueden detener la actividad económica. Al respecto, los economistas señalan que las graves perturbaciones comerciales afectan a las posiciones de cuenta corriente y de balanza de pagos de los países y, en última instancia, al riesgo soberano.

Tienen impacto en la estabilidad política. Se indica que los efectos económicos y sociales del cambio climático pueden acentuar las tensiones sociales dentro de la sociedad y alimentar la inestabilidad política.

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