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OPINIÓN/ Sin Delia Espinoza como fiscal de la Nación ¿Qué esperamos ahora del Ministerio Público?

Escribe: César David Gallo Lale

Teniente General FAP

 

La separación de los fiscales antes considerados “intocables” y su reemplazo por fiscales probos, de actuación impecable, es imprescindible para que la sociedad perciba cambios reales y resultados concretos.

 

Después de que el Pleno del Congreso de la República inhabilitó por diez años a la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, por infracción constitucional al aprobar un reglamento interno del Ministerio Público que, según el Congreso, contravenía una ley, además de los presuntos delitos de abuso de autoridad y prevaricato, surge la interrogante: ¿Qué podemos esperar ahora del actual Fiscal de la Nación Interino, Tomás Aladino Gálvez?

Sabemos que sus intenciones para ejercer el cargo parecen claras y firmes, enfocadas en resolver los problemas que ha venido enfrentando el Ministerio Público en relación con la administración de justicia y la resolución de los casos más importantes del país en los últimos tiempos.

Como hemos observado durante mucho tiempo, lo que viene afectando de manera creciente a la sociedad peruana es la deficiente administración del Ministerio Público al momento de priorizar la lucha contra el crimen organizado, la corrupción y la impunidad. Hasta ahora, no se ha visto en dicha institución un procedimiento eficaz y directo para hacer justicia de manera oportuna, que realmente proteja los derechos de las víctimas y testigos, y que garantice sentencias adecuadas para que los responsables capturados en flagrancia paguen por los crímenes cometidos. Todo ello debería traducirse en una reducción real de la violencia, especialmente en el ámbito de la seguridad ciudadana, con un enfoque en la eficacia y la transparencia institucional que devuelva la confianza pública.

La diversificación generalizada de las bancadas en el Congreso, donde existe una amplia participación de partidos de izquierda, así como la influencia de sectores caviares, ha debilitado la lucha contra el crimen organizado. En los últimos años, el Perú ha experimentado un alarmante aumento de organizaciones criminales. Diversos grupos nacionales y extranjeros han expandido su presencia en todo el país, influyendo en sectores clave de la economía, como la minería de oro informal y el transporte. Esto ha llevado a registrar la cifra más alta de homicidios, de los cuales cerca de la mitad han sido atribuidos a sicarios, además de un incremento significativo en las denuncias por extorsión y otros delitos.

Por ello, el fiscal de la Nación, Tomás Aladino Gálvez, sin obstrucciones, debe actuar de forma clara, precisa y decidida para reducir los niveles de criminalidad y mejorar los procesos ya mencionados en la lucha contra el crimen organizado. Para ello, cuenta hoy con un marco legal modificado, en cuya elaboración ha participado junto con otros niveles del gobierno, y especialmente con el sector Justicia, la Policía Nacional y los órganos de inteligencia.

Desarticular la herencia dejada en el Ministerio Público y lo actuado por Delia Espinoza es fundamental. Asimismo, es necesario desmontar la red de fiscales cuestionados por el manejo irregular de casos que debieron concluir en sentencias, así como otros de carácter emblemático, como el caso Lava Jato, cuyo tratamiento en el tiempo, ha generado preocupación pública. La separación de los fiscales antes considerados “intocables” y su reemplazo por fiscales probos, de actuación impecable, es imprescindible para que la sociedad perciba cambios reales y resultados concretos. Solo así el Fiscal de la Nación actual, podrá iniciar la reorganización del Ministerio Público que el Perú tanto espera.

El fiscal de la Nación, Tomás Aladino Gálvez, deberá considerar además el estricto cumplimiento de lo dispuesto por el Tribunal Constitucional en sus diversas resoluciones, en particular la ratificación de la “Ley que limita los delitos de lesa humanidad”.

Veremos ahora, que pasa con el anuncio del Presidente José Jerí el Día del Ejército. Se impondrá mano dura contra la delincuencia y las Fuerzas Armadas saldrán a combatir el crimen. Policías y militares, realizarán patrullas combinadas para cazar criminales. ¡Veremos el detalle!

Si las correcciones en el Poder Judicial no comienzan por el Ministerio Público, tal como se plantea para establecer un nuevo rol en la administración de justicia y no se aplican de manera inmediata, el tiempo será nuestro principal verdugo en los esfuerzos por mejorar la situación del país y prepararnos adecuadamente para las elecciones del 2026.

¡ESTAMOS ADVERTIDOS!
COMUNISMO Y TERRORISMO, NUNCA MÁS EN EL PERÚ

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