se puede esperar cualquier sorpresa que podría sorprender no solo al Ejecutivo, al Legislativo y a las entidades estatales, sino también a toda la sociedad peruana.
Como todos sabemos, la actual situación en Sudamérica es bien clara en lo que respecta a algunos países, especialmente en cuanto a lo política, económico y social en Perú. Esto al margen de una serie de problemas que vienen sucediendo en el país en dichos campos, tales como la inseguridad ciudadana; desde que Pedro Castillo y su sucesora Dina Boluarte, ambos del mismo partido Perú Libre, con ideología marxista-leninista, subieron al poder.
Este partido también incluye al recientemente absuelto líder Vladimir Cerrón Rojas, por parte del Tribunal Supremo, presidido por el Juez César San Martín, quien dictó una casación en el Caso del Aeródromo Wanca y declaró la nulidad en el caso de La Oroya, referente a la obra de habilitación de agua y alcantarillado, en la que Cerrón fue sentenciado por el delito de negociación incompatible o aprovechamiento indebido del cargo.
Al respecto, todavía subsisten resoluciones condenatorias, y Vladimir Cerrón sigue siendo prófugo de la Justicia. Sus pretensiones de querer ser candidato presidencial en 2026 tendrán que esperar, al margen de contar con un sistema judicial y un Ministerio Público infiltrados por comunistas y caviares, responsables de todo el caos que acontece en el país en relación con la inseguridad ciudadana y la administración de justicia. De esta situación se puede esperar cualquier sorpresa que podría sorprender no solo al Ejecutivo, al Legislativo y a las entidades estatales, sino también a toda la sociedad peruana.
Ahora bien, como si todo esto estuviera organizado, tenemos la convulsión en el continente. Estamos por saber quién será el nuevo presidente de Ecuador y cuál será su tendencia para resolver los problemas que se le avecinan.
Por un lado, tenemos a Daniel Noboa, de derecha y Acción Democrática, de doble nacionalidad (americana y ecuatoriana), empresario y administrador, de familia adinerada, quien aspira a gobernar por cuatro años más. Su principal objetivo es terminar con el crimen organizado, que azota a su país con una de las tasas más altas de la historia, así como con las desigualdades sociales existentes. Busca establecer una buena convivencia social y brindar desarrollo a las comunidades indígenas, entre otros temas como los problemas navieros.
Por otro lado, existe el partido del grupo de Rafael Correa, de extrema izquierda, liderado por Luisa Gonzáles, abogada y economista de profesión, quien desea gobernar por primera vez su país para resolver supuestamente los mismos problemas que enfrenta Noboa, pero desde la perspectiva de una izquierda radical. Además, pretende resolver el problema de la minería ilegal, especialmente la relacionada con el oro e inmigración con nuestro país, lo cual suena poco real, dado que el correísmo estuvo y está muy ligado a las bandas del narcotráfico.
A este gran problema se suma el posible gran éxodo de la población de Bolivia, que enfrenta la problemática de no contar con medios básicos para su subsistencia, como combustible, comida, medicinas etc. Esta población depende principalmente de la minería ilegal, es decir, del oro en diferentes
zonas del sur de nuestro país.
De igual forma, Venezuela fomenta la inmigración hacia Perú a través de Colombia y las zonas poco o nada controladas de la selva, que de una u otra manera llegan hasta el sur de nuestro país. Estas personas se unen a las bandas criminales en las diferentes grandes ciudades, incluyendo Lima.
Sumado a esto, tenemos al reconocido activista y embajador cubano “Gallo Zamora”, experto y famoso gestor de la desestabilización del gobierno y sociedad boliviana, y ahora con la misión de generar caos y convulsionar al gobierno y al estado peruano.
Al margen de lo que pueda hacer el gobierno peruano para controlar esta situación frente a los intereses externos de gobiernos extranjeros y entidades supranacionales, se deben prever las acciones correspondientes que el Ejecutivo, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y las Fuerzas del Orden deben implementar, además de ciertas modificaciones del Legislativo, para asegurar unas elecciones libres de fraude y con una seguridad interna que garantice la participación ciudadana en pleno.
¡Estamos advertidos! ¡ELECCIONES LIBRES COMUNISMO Y TERRORISMO NUNCA MÁS EN EL PERÚ!