VIVIR DESDE EL SER
Escribe.-Gustavo Blanco Ocharan
gblancociticars@gmail.com
En un mundo de intenso y permanente cambio, bien vale la pena hacer un alto para reconocer la manera como estamos viviendo; ese es el inicio del despertar espiritual, el “wake up” a través del cual hacemos consciente la presencia e importancia del ego, pero lo subordinamos como una expresión manifiesta de nuestra voluntad de querer vivir desde el ser.
El ego.-
Hemos afirmado que el ego desde una óptica espiritual, que por su naturaleza nunca juzga, no es ni bueno ni malo, simplemente es, pues forma parte indesligable de esa estructura compleja y única que caracteriza al ser humano; lo importante no es tanto su presencia -que la tiene- sino el grado de influencia que ejerce en nuestra vida; de manera que, somos nosotros finalmente los que decidimos vivir desde el ego o vivir desde la consciencia, en ejercicio de nuestro libre albedrío.
El ego como tal es un mecanismo de adaptación y defensa que se va formando a través del tiempo, junto con la personalidad, nuestros pensamientos y emociones, responde a los paradigmas que prevalecen en la sociedad, las creencias religiosas, la, formación y educación de nuestros padres, los patrones culturales, la tradición familiar, el sistema educativo, la estructura social, las costumbres, el orden económico, los mitos y leyendas, entre otros factores que pueden condicionar cierto perfil para responder a lo que la familia, la sociedad o el mundo espera de nosotros.
En occidente por ejemplo, en un escenario de globalización, prevalecen los valores individualistas, competitivos, innovadores que nos den resultados inmediatos, eficaces y eficientes, de alguna manera se aprecia y premia el éxito representado en indicadores económicos, poder adquisitivo, suntuosidad, jerarquía social, formación académica, ascendencia política, imagen, prestigio y fama, entre otras manifestaciones que se centran y privilegian exclusivamente en lo que hacemos, lo que aparentamos o en lo que finalmente poseemos.
El ego persigue el éxito per se como un objetivo de vida, lograr, alcanzar, acumular, tener, expandir, crecer, dominar, conquistar, vencer son adjetivos que alimentan la vanidad y empoderan al ego que por cierto siempre estará demandando más.
La consciencia.-
La consciencia, prescinde de etiquetas, plazos y jerarquías y considera la humanidad como un todo integrado con el Universo en el que cada persona es igual de importante y tiene un propósito único y trascendente que construir a través del aprendizaje y la experiencia.
La consciencia privilegia el ser, la esencia individual y espiritual que habita en nuestro interior y que podemos activar y potenciar sencillamente aprendiendo a fluir; la conciencia nos permite apreciar cada instante de la vida con gratitud, humildad y reverencia pues es una oportunidad efímera, incierta y caduca en la que cada detalle cuenta.
Vivir y disfrutar con intensidad el momento presente intensifica la profundidad de nuestros sentidos; asociar la visión con la luz, los matices de colores y la nitidez, el oído con la vibración y armonía, la respiración con el fluir de la energía que regenera cada célula de nuestro cuerpo; degustar y palpar reconociendo sabores y texturas, intuir para prestar atención a nuestra voz interior, respetar la naturaleza y a todo ser vivo, sincronizar nuestro cuerpo etéreo con las frecuencias perfectas del universo, son manifestaciones simples y coherentes de que hemos comenzado a vivir desde el ser.
Los adjetivos más acordes con el ser y la consciencia son unir, amar, perdonar, fluir, integrar, compartir, apreciar, agradecer, aprender, ayudar, comprender, tolerar, empatizar, liberar, como acciones que elevan el espíritu.
Ego y desapego.-
Así como el ego constituye un mecanismo de adaptación de la vida física y material el desapego es la herramienta que nos ayuda a activar nuestra vida espiritual; el desapego tanto material como emocional nos hace libres y autónomos para trabajar y descubrir nuestra verdadera esencia.
El desapego no significa renuncia ni sacrificio sino independencia, fuimos creados para ser libres y nuestro ego e inseguridad muchas veces nos atrapa y lo que puede considerarse un éxito o un logro a veces está lejos de edificarnos y producir tranquilidad, paz y felicidad sino que nos induce a seguir cayendo en el laberinto del consumismo y la insaciabilidad, restándole sentido a nuestra existencia.
Recuerda que no tenemos que vivir para satisfacer las expectativas de otros sino para identificar y manifestar las virtudes de nuestro ser esencial que no estará exento de sus propias sombras las mismas que debemos llevarlas a la luz, para seguir brillando en armonía con la energía Universal.
Es importante destacar el valor de la intención pura junto a la actitud positiva en la formación de una perspectiva tolerante e integradora que nos ayude a descubrir y vivir desde los confines profundos, eternos y maravillosos del ser.
Vivir desde el ser puede no tener un sentido práctico en el mundo material, puede carecer de un impacto exterior o puede llevarnos a una situación incomprendida, sin embargo, superada la prueba es el camino seguro hacia tu plenitud, felicidad y trascendencia.
California Noviembre 6, 2022.