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FRANCIA ARDE POR FRACASO DE LA MULTICULTURALIDAD

El presidente Emmanuel Macron vive la “guerra civil” que vaticinó para el país si la derechista Marine Le Pen llegaba al poder. Violencia es promovida por grupos musulmanes radicales y la ultraizquierda. Hay más de mil 300 detenidos y sobrepasa los dos mil el número de vehículos quemados.

Francia vive noches de terror por los disturbios violentos que ocurren en las diferentes ciudades del país en protesta por la muerte de un joven delincuente de 17 años, de origen argelino, por un disparo en un control policial.

El país que ahora sufre la violencia extremista por parte de grupos de diversas ideologías, es un referente absoluto de la izquierda española.

“Ahora está ardiendo por los cuatro costados, incendiada, asaltada y saqueada por la inmigración africana y musulmana, pero para los medios españoles no es noticia de portada. Pregúntense por qué lo ocultan”, escribió el periodista German Tertsch, integrante del Parlamento Europeo con VOX por la libertad y el sentido común.

El país de Gales está al borde del Estado de sitio: edificios ardiendo, algunos con gente dentro. El ejército se despliega y reportan ataques con arma de fuego. Los disturbios se contagian a Bélgica y veremos si no a Alemania Y los radicales somos los que exigimos protección para la Policía.

La situación es tan grave que el presidente, Emmanuel Macron convocó ayer por segundo día consecutivo una unidad de crisis ministerial por las protestas.

El balance provisional revela que los disturbios violentos dejan mil 311 detenidos, 249 policías heridos, 2.000 vehículos quemados y 3.880 incendios en edificios públicos y viviendas particulares.

FRACASO DE LA ADMINISTRACIÓN MACRON

El Gobierno ha desplegado más de 45.000 agentes en las calles en un intento de controlar las movilizaciones en las que los participantes, la mayoría de origen extranjero, han quemado coches, autobuses, asaltado establecimientos y mantenido fuertes enfrentamientos con la Policía en un escenario que comienza a asemejarse al de una guerra civil, originada para muchos por el sonoro fracaso de la multiculturalidad en Francia.

La población de Francia bordea los 68 millones de habitantes, el 10% de ellos de confesión islámica.

Los comentarios a través de las redes dicen que “Francia se ha pegado un tiro al pie por su costumbre de acoger en forma incontrolable a musulmanes, muchos de ellos vinculados a grupos terroristas, bajo la idea de la multiculturalidad preconizada por el presidente Macron, grupos progresistas y radicales de izquierda”.

Este escenario se produce con el presidente Macron en el poder, uno de los principales promotores de la inmigración ilegal y de la integración de culturas radicalmente opuestas. Esta circunstancia ha recordado a algunos franceses y usuarios en Twitter que fue él quien acusó a su rival en las últimas elecciones generales, Marine Le Pen, de provocar la polarización de la sociedad francesa con sus propuestas políticas.

POLÍTICA DE PUERTAS ABIERTAS PARA LOS EXTRANJEROS

En el debate de candidatos celebrado entonces, en abril de 2022, Macron llegó a señalar que la postura de Le Pen, a favor de la prohibición del uso del velo islámico en Francia así como de un mayor control de la inmigración, podría “provocar una guerra civil”.

“Si es elegida, ¿no va a respetar usted la Constitución? Nuestro texto habla del laicismo, el laicismo es un principio de libertad (…). En el servicio público hay neutralidad, en las instituciones públicas la neutralidad es absoluta, pero usted va a crear una guerra civil, se lo digo con sinceridad”, aseguró Macron ante la incredulidad de la candidata de Agrupación Nacional.

Con las calles en llamas, son muchos los que creen que finalmente ha sido Macron, y no Le Pen, quien con sus políticas de puertas abiertas e inexistentes propuestas de control de la inmigración ha traído a Francia la guerra civil.

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