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LA CADENA DE VALOR ESPIRITUAL

Gustavo Blanco Ocharan

gblancociticars@gmail.com
Vivimos tiempos difíciles, el mundo está experimentando una transformación. Si bien es cierto que el cambio es un elemento indesligable en la vida del ser humano, los procesos de transformación son la manifestación visible de que el movimiento se está acelerando y que la repercusión abarca múltiples ámbitos en amplitud y profundidad; entonces, estamos frente a una revolución, vale decir un cambio acelerado.
Podríamos estar asistiendo a la transición de la revolución espiritual donde el despertar de la conciencia cada vez más cobra protagonismo.
Las estructuras nos moldean, forman y condicionan, sobre ellas no tenemos mayor control por eso, aquello que desde el ser consideramos que no está bien nos incomoda, tratamos de revelarnos porque nos enerva e indigna como la violencia, la guerra, la injusticia, la desigualdad, el hambre, el abuso, el autoritarismo, el fanatismo de todo orden, la manipulación, el control abierto o simulado, la desinformación, el cinismo, la lucha por el poder, los monopolios, los lobbies, los intereses subterráneos, la corrupción que afecta la economía, la salud pública, la estabilidad emocional, la moral colectiva, el uso desmedido de la tecnología, entre muchos otros aspectos que afectan el desarrollo de la humanidad sobrepasan la capacidad discrecional, desafían nuestra individualidad generando incomodidad en nuestra misma reserva espiritual.
Esta es la explicación porque se percibe desconcierto en el ámbito colectivo, como sociedad la conciencia social sufre los efectos del cambio lo que puede generar temor instintivo o valor espiritual para asimilar que probablemente llegó la hora del despertar colectivo.
El despertar de la consciencia tiene un radio de acción definido, es personal y está enfocado en activar el potencial interior del ser humano, ese es el único campo en el que tenemos completa discreción y donde se manifiesta el libre albedrío en todo su esplendor. Un ser consciente reconoce que en esencia es energía y si convenimos que la energía es un recurso este se activa, administra y dinamiza basado en nuestra atención. Este es el poder del ser.
La atención es clave para conservar un estado apacible, de dominio propio, discernimiento desapasionado, equilibrio mental, emocional y espiritual elementos que contribuyen con nuestro crecimiento y evolución integral.
En la era de la información donde el conocimiento es poder, emerge en el ámbito de la consciencia el valor de la intuición que representa de alguna manera nuestra inteligencia espiritual y nos permite procesar la vida más desde la óptica del ser que desde la vorágine tormentosa del hacer que caracteriza la dinámica del mundo contemporáneo que gira sobre el ego la superficialidad y la inmediatez.
La cadena de valor espiritual comienza con las semillas de nuestra intención; toda intención reiterada es producto de un pensamiento; una expresión racional del deseo; si el pensamiento es poderoso el sentimiento también lo es y esos vínculos conscientes o inconscientes entre la mente y el corazón se afinan a través de la palabra; de ahí que sea tan importante bendecir (bien decir) como medio para canalizar nuestros deseos y para alimentar las intenciones y aspiraciones de los demás.
El poder de la manifestación encuentra un recorrido eficaz cuando a la intención, el deseo, el pensamiento, el sentimiento que actúan como eslabones en la cadena productiva del valor espiritual activa la emoción; la emoción enciende la energía de la motivación entonces nos volvemos mucho más creativos, apasionados y proactivos y estamos listos para pasar a la acción, hacer realidad cada uno de nuestros ideales y sueños.
En todo este proceso existen elementos como la intención pura, el pensamiento positivo, el poder creativo, la visión positiva, el optimismo indesmayable, el poder de la creencia y la fe; la conexión con el universo y el reconocimiento de nuestro enorme potencial que actúan como factores críticos de éxito.
Somos energía en evolución con el poder de la atención para alimentar nuestra luz radiante o nuestra sombra pululante. El mundo exterior nos llena de noticias negativas; perniciosas, guerra, crímenes, violaciones, entre otras todas portadoras de energía de baja frecuencia, podemos tomar nota de lo que sucede en el entorno pero no enfocarnos completamente en él porque a la larga afecta nuestro equilibrio personal, la estabilidad emocional, la salud física y mental y nos distrae mermando el poder de nuestra atención plena. Toda acción produce una reacción. Cada flujo conlleva un reflujo. Cada intención es una semilla destinada a dar fruto.
Sé consciente de tu entorno pero sé más consciente y activo de tu universo interior; ahí encontraras respuestas profundas, ahí libraras la única batalla que puedes controlar y afectar a través del cambio por uno mismo para que alimentes, actives y enciendas tu ser y ese proceso te lleve a trascender como ciudadano del universo, como ser de luz como la manifestación esencial de la divinidad como el Dios interior que resplandece como la luz de un doble cuántico. Tu ser y el Creador en una misma Unidad, la unidad del espíritu.
California octubre 29, 2023.   

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