Sea que creas que puedas o que no puedas igualmente tienes la razón, esta frase contundente de Henry Ford resume el poder de la creencia.
Tanto nuestros pensamientos, sentimientos, intenciones y deseos como las mismas creencias, son una fuente intangible que permanentemente moldea y canaliza la energía.
Si somos en esencia energía en transformación, resulta esencial revisar a menudo no solo el fondo de nuestras intenciones sino también la forma como emitimos, atraemos, canalizamos y contagiamos energía; siendo este un proceso continuo, muchas veces solo reparamos y manejamos un porcentaje ínfimo del mismo, el resto descansa en el subconsciente y a mayor profundidad y escala en el inconsciente.
El inconsciente opera como una red de almacenamiento que registra absolutamente todo lo que sucede en la vida y según los entendidos esos registros son indelebles, jamás se borran; “el inconsciente tiene la característica que jamás olvida”, forma parte de la memoria implícita que de alguna manera y en algún momento aflora.
Existe una muy interesante corriente de pensamiento que aborda la biodesprogramación, teoría que sostiene que los seres humanos en la vida respondemos a códigos predeterminados que actúan en el inconsciente y que son la causa no solo de nuestro comportamiento sino incluso pueden marcar nuestro destino.
Uno de los aspectos más sensibles de esta teoría se refiere a la salud tanto física, mental y emocional y la interrelación que existen entre ellas; tradicionalmente se cree que las causas determinantes de nuestra salud responden a factores genéticos; sin embargo, algunos especialistas en desprogramación como Fernando Sanchez, consideran que no es así, para él, toda enfermedad tiene una raíz emocional de un evento que generó algún tipo de desequilibrio interno y que no ha sido resuelto.
En lo personal lo que más me llama la atención de esta corriente de pensamiento es que nos invita abiertamente al Autoconocimiento; si realmente profundizamos en nosotros mismos y en nuestro pasado, podemos hallar respuestas y soluciones a cualquier enfermedad o desequilibrio físico que afecte nuestra vida, en pocas palabras seremos capaces de sanarnos a nosotros mismos, ni más ni menos: Autosanarnos.
El otro aspecto aún más trascendente de la biodesprogramacion es que cuestiona muchos paradigmas de la ciencia de la salud vigentes que por lo general, nos hacen dependientes de medicinas, médicos y tratamientos interminables que en el mejor de los casos alivian los síntomas o difieren el problema pero no siempre nos sanan completamente; no es casual que las típicas enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol, la artritis e incluso el cáncer son cada vez más frecuentes y médicamente son calificadas como incurables o tratadas a través de productos químicos.
Si la medicina tradicional tiene sus limitaciones tangibles bien vale la pena para quien padece este tipo de dolencias intentar un tratamiento alternativo que puede estar ligado a encontrar la causa emocional que desencadenó el problema; identificado el mismo se puede trabajar en la recuperación.
El antecedente de esta corriente se funda en los estudios del doctor Ryke Geerd Hamer, médico alemán que en los años 80 y 90, postuló las 5 Leyes Biológicas de la Nueva Medicina Germánica, sin ánimo de generar controversia, llama la atención que el Doctor Hamer no solo fue encarcelado y privado de ejercer la profesión médica sino que de alguna manera fue silenciado y descalificado por el sistema hasta hoy dominante que tiende a manejar la salud pública como un negocio en el que las cifras, los números y las inversiones prevalecen en desmedro de la salud y la vida.
Somos dueños de nuestros miedos y emociones; si aprendemos a canalizar la energía dejando que esta fluya y se expanda, si comenzamos a activar nuestro ser consciente para profundizar en los registros del inconsciente para atender y entender desde la raíz las causas de nuestros males; si prestamos más atención tanto al dolor como a la enfermedad que son la forma como el cuerpo se manifiesta, si reivindicamos el valor de la psique, las emociones y el espíritu; si llegamos a intuir con naturalidad que todos somos uno y que todo en el Universo está maravillosamente conectado y sincronizado; entonces estaremos avanzando en el despertar de la consciencia, que es la nueva ola que indefectiblemente deberá sortear la humanidad.