3 CLAVES PARA ENTENDER EL «CONFLICTO ARMADO INTERNO» EN ECUADOR
(BBC News).- Ecuador está inmerso en un «conflicto armado interno», según declaró este martes su presidente, Daniel Noboa.
El mandatario ordenó a las fuerzas militares restablecer el orden en las calles, después de que hombres armados irrumpieran en el canal de televisión TC de Guayaquil, y tomaran como rehenes a su personal durante una transmisión en directo.
A este incidente se sumaron incursiones de grupos armados en universidades y otras instituciones públicas, así como saqueos en Quito.
Esto se produjo luego de que el presidente declarara el estado de excepción el lunes al producirse graves episodios violentos en seis cárceles, con secuestros de policías y las fugas de los líderes de dos grandes bandas delictivas.
1. “Fito” y el poder de las bandas
La crisis de seguridad que sufre Ecuador se ha agravado especialmente en los últimos tres años.
En 2023 batió su récord histórico de homicidios con 7.878, de los que solo se resolvieron 584.
El país ha pasado a ser un importante centro regional de almacenamiento, procesamiento y distribución de droga, lo que ha fortalecido a las más de 20 bandas criminales que operan en él.
Los reos de la cárcel Turi, en Cuenca, aún mantienen a algunos guardias como rehenes, después de los motines que se desataron el lunes.
Estas bandas, que tienen en las cárceles sus principales centros de mando y operaciones, están vinculadas a los grandes carteles de la droga de México y Colombia.
Algunas de las más conocidas son los Choneros, los Lobos, los Lagartos o los Tiguerones, y protagonizan episodios de extrema violencia, ya sea en conflictos internos o contra el gobierno, las instituciones o la sociedad en Ecuador.
En agosto de 2023, el candidato presidencial Fernando Villavicencio fue asesinado por sicarios a sueldo, en un crimen que aún no se ha logrado esclarecer pero que muchos analistas vinculan con el auge de estas bandas.
“Este y otros crímenes son para ponerle condiciones al poder político y demostrar que desde hace algún tiempo, en buena medida, las bandas son quienes tienen el control en el país”, le explica a BBC Mundo el analista político ecuatoriano Andrés Chiriboga.
Además, existe el problema de que, gracias al dinero del narco, estas bandas se han hecho omnipresentes y sus tentáculos se expanden no solo hasta el último rincón de la sociedad ecuatoriana sino también en las propias instituciones a través de la corrupción.
En agosto, las bandas asesinaron al candidato presidencial Fernando Villavicencio.
“Un factor importante es la penetración que tienen en muchos espacios, no solo entre la población sino en la misma policía, en las Fuerzas Armadas”, explica el politólogo.
De hecho, a mediados de diciembre, la fiscalía del país lanzó una megaoperación contra la corrupción y el narcotráfico, con decenas de redadas en distintos puntos de Ecuador.
El operativo Metástasis, como lo bautizó la fiscalía, llevó a la detención de 29 personas, entre las que se encuentran jueces, fiscales, policías, abogados y sujetos relacionados con el crimen organizado.
Entre los arrestados había rostros de alto perfil para la sociedad ecuatoriana, como Wilman Terán, presidente del Consejo de la Judicatura, un organismo estatal que vigila y disciplina la función judicial.
“El caso Metástasis es una radiografía de cómo el narcotráfico se ha tomado las instituciones del estado para a través del dinero mal habido, operar desde instancias judiciales y políticas y lograr impunidad en algunos casos”, sostuvo la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar Méndez.
Solo con esta penetración del narco en las instituciones del Estado se pueden explicar las fugas de sus líderes, como la de Adolfo Macías, alias «Fito», el pasado fin de semana.
El jefe de Los Choneros cumplía una condena de 34 años desde 2011 por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato cuando desapareció de la prisión.
Mientras «Fito» se fugaba se reportaron graves motines en al menos seis cárceles de Ecuador, con informes de que varios guardias fueron tomados como rehenes por los prisioneros, en los que también aprovecho para fugarse otro líder mafioso, Fabricio Colón Pico, alias “El Salvaje”, jefe de Los Lobos.
Estos hechos llevaron al gobierno del presidente Daniel Noboa a decretar un estado de excepción por 60 días.
2. La reacción a la presidencia de Noboa
Daniel Noboa llegó al poder el pasado 23 de noviembre, por lo que solo lleva un mes y medio en el cargo y no ha tenido tiempo de aplicar los principales puntos de su programa.
Sus propuestas más relevantes, que le valieron el apoyo mayoritario de los ecuatorianos en las urnas, se centraban en la economía y, sobre todo, en la seguridad.
Si bien se presentó como un político moderado, lejos de posiciones contundentes como las de Nayib Bukele en El Salvador, sí formuló medidas encaminadas a debilitar a las bandas delictivas.
Uno de los enfoques más importantes de la campaña de Noboa a la presidencia fue el de la seguridad.
Prometió impulsar reformas profundas en las cárceles, con un sistema de segmentación que permitiera aislar a los presos más violentos y peligrosos.
Su propuesta más novedosa, que recientemente ha tratado de agilizar, pasa por instalar cárceles flotantes en barcazas para internar a delincuentes peligrosos lejos de la costa e impedir que sigan operando desde prisión.
Noboa también quiere penalizar el consumo de drogas a pequeña escala, crear un sistema de jurados para delitos graves e invertir en avances tecnológicos, como drones y radares, para neutralizar a la delincuencia organizada en vías y fronteras.
Para dar un impulso a su plan anticrimen, el presidente expresó la semana pasada su intención de convocar un referéndum para que los votantes legitimen la imposición de medidas de seguridad más estrictas.