ANALISIS CNN: detenciones de políticos opositores en Venezuela muestra una criminalización de la disidencia
(CNN Español) — Numerosos miembros de partidos políticos de Venezuela han sido detenidos en las últimas semanas en un agravamiento de la represión del gobierno de Nicolás Maduro, que parece superar incluso otras escaladas de la última década que ya son motivo de investigación de organismos internacionales por posibles crímenes de lesa humanidad.
Venezuela ha alcanzado el mayor nivel represivo en décadas en toda la región.
“Se está criminalizando el ejercicio de la disidencia. El espacio cívico está totalmente cerrado, no hay libertad de reunión, de asociación, de expresión”, dijo a CNN el sociólogo Rafael Uzcátegui, codirector del centro de investigación venezolano Laboratorio de Paz.
“Los actores políticos y hasta (el candidato presidencial de la mayoría opositora) Edmundo González están en una situación de indefensión. El gobierno se ha vuelto impermeable a la opinión pública”, agregó Uzcátegui.
En los días posteriores a la votación y la proclamación del Consejo Nacional Electoral, que dio como ganador a Maduro frente al candidato de la oposición Edmundo González Urrutia sin presentar los resultados por mesa, tuvieron lugar numerosas protestas y varios opositores fueron encarcelados en el marco de lo que se denominó informalmente “operación Tun Tun”, que también apunta a la ciudadanía general.
Algunas de las detenciones de alto perfil de esta semana fueron la del exgobernador del estado Mérida y dirigente del partido Acción Democrática (AD), Williams Dávila Barrios; el exdiputado opositor Américo De Grazia; y la coordinadora del Comando con Venezuela en el estado Portuguesa, María Oropeza, quien transmitió el momento en que las fuerzas de seguridad entraron por la fuerza a su casa. Días antes, según un video publicado por su partido en redes sociales, varias personas vestidas de negro se llevaron, también por la fuerza, al dirigente de Voluntad Popular Freddy Superlano.
Los arrestos no comenzaron con la votación y las protestas. En junio, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, informó que se dictó la privación de libertad a cuatro opositores tras ser imputados por los delitos de incitación al odio y asociación para delinquir. En marzo, Henry Alviárez y Dignora Hernández, dos colaboradores de la líder opositora María Corina Machado fueron detenidos, mientras que seis opositores solicitaron y lograron asilo en la embajada de Argentina en Caracas.
En tanto, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha intervenido a varios partidos políticos en el último lustro, suspendiendo a sus directivas y, en ocasiones, nombrando liderazgos más afines al gobierno.
Entre los movimientos afectados están Primero Justicia, Acción Democrática y Voluntad Popular, pero también partidos de izquierda y exaliados del gobierno como el Partido Comunista, Patria Para Todos, Podemos y Tupamaro.
Uzcátegui sostuvo que, durante los meses previos a la votación, “con la detención de personas claves en asuntos logísticos (el gobierno) quería generar ineficacia en el funcionamiento de la campaña”.
El foco ahora es distinto. Según apuntó, varios de los detenidos habían estado activos en redes sociales, con alta visibilidad en su línea opositora. “(Las autoridades) buscan desarticular a la coalición opositora y también generar temor”, explicó.