OPINIÓN/ Del colapso en el aeropuerto internacional al silencio en Chinchero
Escribe: Alex Ridoutt Agnoli
Dos aeropuertos en un mismo estado fallido
Mientras el nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez se ahoga en su propio caos operativo con colas interminables, servicios colapsados y un diseño de pistas de rodaje y despegue que no se conectan entre sí. El estado peruano avanza a ciegas hacia la inauguración de CHINCHERO, un aeropuerto internacional en el Cusco diseñado para aviones que no podrán despegar.
El colapso en el Perú no es un accidente: parece que ya es parte de una política de Estado.
¿Jorge Chávez era 2024 ó 2025?: cuando el apuro del operador por FACTURAR y el afán del gobierno por subir en las encuestas se convierte presión, se adelanta sin sentido común una inauguración.
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Pista duplicada, eficiencia dividida: El nuevo terminal y segunda pista del Jorge Chávez prometían descongestionar el tráfico aéreo del país. Hoy, han incrementado la carga operativa en la torre de control y el carreteo de las aeronaves por decisiones administrativas y técnicas que adolecen de un adecuado rediseño, incrementando los riesgos operacionales.
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Sin accesos, sin conectividad: El aeropuerto más importante del país sigue aislado, sin conexión ferroviaria, con un solo acceso vehicular saturado y sin planificación real de intermodalidad.
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Una lección ignorada: Se invirtieron más de mil millones de dólares sin resolver lo más básico: cómo mover eficientemente a personas y aviones. ¿El resultado? Pasajeros atrapados en el tráfico y la desinformación. Esto demuestra que solo pensaron que el impacto negativo que todo esto podía generar se resolvería con una visita al patio de comidas para disfrutar de un pisco sour, un ceviche y un lomo saltado.
Chinchero 2025, 2026 ó nunca: para la gran inauguración solo compre su boleto de ida (ONE WAY TICKET) porque no será posible el vuelo de retorno.
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Una pista a 3,700 msnm con barreras naturales: El diseño de Chinchero ignora límites críticos de performance aeronáutica. A esa altitud y rodeado de una orografía severa, los despegues ante la eventualidad de un motor inoperativo (OEI) no cumplen la gradiente mínima de ascenso para aeronaves como A320 o B737 cargadas de pasajeros. Es decir: podrán aterrizar, pero no despegar en condiciones legales ni seguras.
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El simulacro de inauguración: A este paso, Chinchero será el primer aeropuerto internacional donde el primer vuelo llegue y no pueda volver.
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Ausencia de Estudio de Seguridad Operacional (ESO): Es evidente la omisión de un estudio validado y publicado por la DGAC como exige la normativa OACI y el propio reglamento nacional. CORPAC por imposición del ministro del MTC y sin ninguna objeción, demostrando una total subordinación política y no técnica ha aceptado ser el operador de CHINCHERO, que debió ser inaugurado este año 2025 y hasta el día de hoy no ha podido desarrollar los procedimientos de despegue, salida, aproximación y aterrizaje porque declara que no le han proporcionado las coordenadas geográficas y orientación de la pista. Y ambos CORPAC y DGAC manifiestan que son los operadores aéreos, quienes llevan años en SILENCIO los responsables de decir si podrán o no operar en él, todo esto hace que CHINCHERO no sea hoy certificable ni operativo bajo estándares internacionales.
Dos errores anunciados, un mismo patrón de irresponsabilidad estatal
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La DGAC, OSITRAN y el MTC como actores permisivos: Ambos casos exhiben la captura institucional de los entes reguladores por intereses políticos o concesionarios. En Lima, se autoriza una “Tarifa de Transferencia” ilegal y se omite la fiscalización real de flujos. En Cusco, se impone una infraestructura sin validar su viabilidad técnica.
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Exclusión de operadores y expertos: Ni aerolíneas, ni pilotos, ni controladores, ni expertos en seguridad operacional fueron incluidos en la planificación. El diseño de ambos aeropuertos aparentemente fue decidido al margen de criterios técnicos aeronáuticos.