SELECCIÓN PERUANA: MÁS DUDAS QUE ACIERTOS.

Por Wladimir González Rojas.

Pensar en el futuro y trabajar en la formación de un nuevo equipo parece una solución más sostenible. Este enfoque permitiría construir un grupo de jugadores jóvenes con potencial

La situación de la selección nacional de cara a la Copa América es ciertamente preocupante. La falta de jugadores de buen nivel y la insistencia en convocar a futbolistas que ya cumplieron su ciclo, reflejan una gestión que parece no estar alineada con las necesidades del equipo. La estrategia del técnico, basada en un sistema que no se adapta a las características de los jugadores disponibles, añade más incertidumbre.

La comparación con Argentina y el Real Madrid es relevante. Ambos equipos han demostrado la importancia de ajustar el sistema táctico a las fortalezas de sus jugadores, buscando siempre la máxima eficiencia. En este contexto, la inflexibilidad de Fosatti al mantener un esquema de tres defensores y dos carrileros, a pesar de los malos resultados, es cuestionable.

La crítica hacia Fosatti no solo se centra en su esquema táctico, sino también en su capacidad para formar un equipo cohesionado. Si bien tuvo éxito en Universitario con un equipo armado por su predecesor, su desempeño a nivel de selección no ha mostrado la misma efectividad. La falta de una estructura base sólida es un problema fundamental que debe abordarse.

Pensar en el futuro y trabajar en la formación de un nuevo equipo parece una solución más sostenible. Este enfoque permitiría construir un grupo de jugadores jóvenes con potencial, que puedan adaptarse a un sistema táctico bien definido y que ofrezcan garantías a largo plazo.

La afición, por su parte, mantiene la esperanza y la fe en un milagro, reflejando el descontento y la desesperación por ver una mejora significativa en el desempeño de la selección. La situación exige un cambio de rumbo, que posiblemente deba empezar por una revisión profunda del trabajo del técnico y la estrategia general del equipo.