El expresidente de Ecuador no podrá ingresar al país, y su familia directa tampoco, debido «múltiples» actos de corrupción durante su mandato.
Esta designación reafirma el compromiso de EE. UU. para combatir la corrupción que socava la confianza del pueblo ecuatoriano
Estados Unidos anunció ayer miércoles (09.03.2022) que prohibió la entrada al país de Abdalá Bucaram, presidente de Ecuador apenas siete meses entre 1996 y 1997, señalándolo de «múltiples» actos de «corrupción significativa» durante su mandato, incluyendo «la apropiación indebida de fondos públicos, la aceptación de sobornos y la interferencia en los procesos públicos».
El Departamento de Estado dijo que Bucaram y su familia directa, su esposa María Rosa Pulley Vergara, y sus hijos, Jacobo Abdalá Bucaram Pulley, Abdalá Jaime Bucaram Pulley y Michel Abdalá Bucaram Pulley, «no son elegibles para ingresar a Estados Unidos».
«Durante su mandato como presidente de Ecuador, Bucaram se involucró en múltiples actos corruptos, incluyendo aceptar sobornos y robar fondos públicos. El expresidente Bucaram aún no ha enfrentado la rendición de cuentas por su traición a la confianza pública», dijo en un comunicado el portavoz de la Secretaría de Estado estadounidense, Ned Price.
Según la ley estadounidense, se puede impedir el ingreso al país de un funcionario o exfuncionario de un gobierno extranjero y sus familiares inmediatos si se considera que incurrió directa o indirectamente en actos de corrupción.
Bucaram, un exlíder populista de 70 años apodado «el loco que ama», gobernó Ecuador entre agosto de 1996 y febrero de 1997, cuando fue destituido por «incapacidad física y mental».
El exgobernante abandonó el cargo en medio de una revuelta popular y se exilió en Panamá durante dos décadas. En esos años enfrentó más de 50 juicios por supuestos delitos como malversación y enriquecimiento ilícito, los cuales prescribieron, lo que permitió su retorno a Ecuador.
Posteriormente se vio involucrado en un caso de corrupción relacionado con los insumos médicos en el contexto de la pandemia de COVID-19.
«Esta designación reafirma el compromiso de EE. UU. para combatir la corrupción que socava la confianza del pueblo ecuatoriano en sus instituciones democráticos», concluyó Price.