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SIN PROPÓSITO DE ENMIENDA

por Francisco Diez-Canseco Távara (*)

Para los ingenuos que pensaron que Castillo podía renunciar, el mensaje ha sido muy claro: pretende quedarse en Palacio de Gobierno mientras pueda lo cual corresponde con meridiana precisión a una persona de su baja catadura moral.

 

El discurso leído por Pedro Castillo ante el Congreso de la República, en cumplimiento del mandato constitucional, demuestra de manera irrebatible que no tiene propósito de enmienda: mientras permanezca en el Poder, el Perú seguirá gobernado por la incapacidad, la ignorancia y la corrupción.
Para los ingenuos que pensaron que Castillo podía renunciar, el mensaje ha sido muy claro: pretende quedarse en Palacio de Gobierno mientras pueda lo cual corresponde con meridiana precisión a una persona de su baja catadura moral.
Castillo, con cinco investigaciones iniciadas por la Fiscalía y el testimonio lapidario de tres aspirantes a colaboradores eficaces y de un ex Ministro, amén de sus mentiras y entuertos, se va a aferrar a la jefatura del Estado con uñas y dientes por dos razones muy simples: no va a soltar la mamadera y sabe que, una vez que pierda la inmunidad, se abre para él la insondable ruta de la cárcel.
El discurso, por lo demás, es el copy page de  mensajes pronunciados por los también corruptos jefes de Estado que lo precedieron en el cargo: en las 86 páginas de su alocución, a la larga lista de logros que no le corresponden o de cifras manipuladas para hacer creer que reflejan un avance sustantivo se suma una mención mínima sobre la rampante corrupción existente, lo cual es perfectamente explicable ya que él es, hoy por hoy, el primer protagonista de este mal sistémico en el Perú.
Según cifras oficiales, el 2021 los corruptos se robaron S/. 24 mil millones de soles de todos los peruanos. Castillo se da por no enterado, claro, debido  a  su rápida, visible y poco experimentada incursión en las malas artes de depredar el dinero estatal. Esa cantidad corresponde a su régimen y al fallido gobierno de Sagasti ( quien le abrió las puertas de Palacio para colocar a Bruno Pacheco).
Mención aparte merece la omisión ,en la lectura, del párrafo escrito en el menaje que dice : “Conmino a los ciudadanos que se encuentran prófugos de la justicia y que el país reclama su comparecencia a entregarse a las autoridades pues el Perú quiere saber la verdad”.
A buen entendedor, pocas palabras.
PD Faltaron en el palco presidencial los sobrinísimos y la cuñadísima.

(*) Presidente de Perú Nación
     Presidente del Consejo por la Paz

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