BORIC: «VAMOS A SER UNOS PERROS EN LA PERSECUCIÓN DE LA DELINCUENCIA»
El presidente de Chile se manifestó de manera frontal contra la migración de extranjeros que se encuentran de manera irregular en su país y también sobre la seguridad. Entre el 1 de enero y el 26 de junio de 2022 se registraron, por ejemplo, 413 homicidios
Chile durante mucho tiempo fue un país de paso para la droga, hoy día es un país que está mucho más desarrollado en el mal sentido de esto y lo vamos a combatir con mucha fuerza
El presidente Gabriel Boric Font enfatizó en Antofagasta que van “a ser unos perros en la persecución de la delincuencia”, al referirse tanto a la crisis migratoria y de seguridad que vive el país.
En conversación con Radio Sol de Antofagasta, el presidente dijo que no van a “permitir que acá se siga instalando la droga. Chile durante mucho tiempo fue un país de paso para la droga, hoy día es un país que está mucho más desarrollado en el mal sentido de esto y lo vamos a combatir con mucha fuerza”.
También fue muy enfático en decir que desde el Gobierno “vamos a ser unos perros en la persecución de la delincuencia y en esto no va a haber doble estándar”.
En relación a las expulsiones de migrantes, el jefe de Estado comentó que “cuando una persona ingresa por un paso irregular y está en condición migratoria irregular en Chile, hay un procedimiento judicial”, por el que debes “notificar a la persona de que se inicia el procedimiento de expulsión”.
Recordemos que el mandatario anunció el ingreso de un proyecto que reforma la Ley de Migración y que permitirá hacer más expedito el procedimiento de expulsión.
En esta línea, Boric indicó que hay un “problema” en relación a las personas que “no tienen domicilio conocido y eso lo saben, no puedes notificarlo y, por lo tanto, el procedimiento no se inicia”.
Así también explicó que “es una cuestión jurídica que es importante del resguardo del debido proceso, pero que se ha transformado en un vacío ilegal que termina inhabilitando la facultad del Estado de expulsar a quienes cometen delitos”.
A raíz de esto, el mandatario indicó que presentaron una iniciativa para “notificar por carta certificada o por correo” en cuanto a la expulsión. Según el presidente, lo anterior “significa que una vez emitida la notificación cinco días después se entiende por notificado, aunque esta persona no lo haya recibido, y eso permite iniciar el proceso de expulsión, que insisto queda en mano de los tribunales”.
Informes oficiales señalan que entre el 1 de enero y el 26 de junio de 2022 se registraron, por ejemplo, 413 homicidios en el país, un 28,7% más que en el mismo período del año anterior.
La delincuencia, ejercida cada vez con mayor violencia, afectó los principales centros urbanos de Chile e hizo que Santiago, considerada hasta hace unos años una ciudad bastante segura dentro del contexto latinoamericano, hoy lleve advertencias en el rubro del turismo y tenga nota roja entre los mismos santiaguinos.
Comunas, barrios, avenidas, autopistas e incluso centros comerciales están siendo violentados con lo que se conoce como delitos de mayor connotación social (DMCS), que van desde lesiones hasta homicidios, y que se caracterizan por generar mayor repercusión social y mediática, y provocar temor, inseguridad e incertidumbre entre los ciudadanos.
Todo ello ha puesto en riesgo a los principales centros urbanos y, dentro de ellos, a sectores que antes brindaban confianza y seguridad.
Independientemente de lo doloroso que es perder edificios patrimoniales y zonas turísticas, o ver un desorden mayúsculo en las calles, lo que hay más allá, dice el arquitecto urbanista Ricardo Abuauad, es un peligro en la calidad de la convivencia.
Abuauad, decano del Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello (UNAB), señala que, así como las ciudades están hechas de obras, edificios e infraestructuras, también lo están de un tejido social y de la relación entre ciudadanos que, por supuesto, son afectados por la violencia.
“De alguna forma, los patrones, los modos de vivir la ciudad y las maneras de usar los espacios públicos cambian cuando la gente siente temor -explica-. Lo que termina sucediendo es que la gente se atrinchera y vive en un modo defensivo, ocupa menos el espacio, deja de participar de estos códigos de vida colectiva y se refugia en lugares que le parecen seguros, se encierra. Y cuando se encierra, deja el espacio público como tierra de nadie. Ese es el gran peligro”.
Coincide Carlos Lange, antropólogo y magíster en desarrollo urbano de la Universidad de Chile: “Si bien la violencia y los conflictos sociales, en general, son un componente central de la urbanidad y, por tanto, han estado siempre presentes en su conformación, lo que resulta particularmente llamativo es cómo ella incide en dicha conformación, por lo que la emergencia de nuevas formas de delincuencia cada vez más violenta afecta indudablemente nuestras experiencias y prácticas cotidianas y la manera como nos relacionamos con otros”.
Tomado de https://www.biobiochile.cl/ Florencia Ortiz