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LA VERGUENZA INTERNACIONAL DEL CONGRESO POLISARIO

El Polisario organizó, la semana pasada, su 16° Congreso Nacional en el campamento de Tinduf, en el sur de Argelia para elegir a Brahim Ghali, de 73 años como secretario general, con el 69 % de los votos de los delegados del movimiento separatista.

¿Qué espera la Cancillería para romper con este grupo terrorista?

 

Para empezar, debemos hacer algunas preguntas:
  • ¿Por qué el congreso tuvo lugar en Tinduf, ciudad argelina a nuestro entender, salvo que Argelia ha cedido su soberanía a esta milicia, y no en Bir Lehlu como “capital” de la autoproclamada Rasd?
  • ¿Cuántos votantes del Polisario han participado en este ejercicio “democrático”?
  • ¿Cuántos movimientos han participado en este congreso?
 La respuesta a la primera pregunta es muy sencilla, Bir Lehlu se encuentra en la zona tampón, en territorio marroquí, y desde el 2020 ningún miembro de la milicia terrorista pueda pisar suelo marroquí, sea zona tampón o no, puesto que Marruecos ejerce su total y absoluta soberanía en ese territorio. El control satelital, los drones y la coordinación con la Misión de la ONU en la zona ha hecho imposible penetrar las fronteras.
En lo que se refiere a la participación en el congreso, la respuesta es bien chocante; alrededor de 1800 personas. Es una burla internacional que un “país” autoproclamado que en su lema se llama “democrático” tenga esta tasa de participación. Aunque la broma de mal gusto es que el Perú siga reconociendo como Estado a este grupo de mercenarios, terroristas y mafiosos ligados al tráfico de droga, trata de personas y tráfico de armas.
En los campamentos de Tinduf no hay otra voz que la del ejército argelino, no hay decisión que no se toma en el palacio de “Mradya” en Argel, y no hay nadie que pueda cuestionar sus decisiones que no termine encarcelado, torturado y asesinado.
En este sentido, del cuestionamiento de la legitimidad del Polisario nació ´saharauis por la Paz´, liderado por Hach Ahmed, conocedor del Perú, un movimiento alternativo «que busca y aboga por una solución política de la cuestión del Sáhara en el marco del proceso político liderado por Naciones Unidas».
Este movimiento llama a la comunidad internacional a trabajar para relanzar el proceso político y encontrar una solución justa y sostenible, de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad
Cabe recordar que el Polisario llegó a su cita debilitado por los éxitos de la diplomacia marroquí, apoyo absoluto de las grandes potencias, resoluciones favorables del Consejo de Seguridad, éxitos en el terreno, la apertura de decenas de consulados en las ciudades de Dajla y El Aaiún, la total protección del territorio marroquí y la limpieza del paso Guerguerat, las dimisiones de hombres fuertes como su representante en Europa, Abi Bichraya el Bachir, acusado de desviar los fondos destinados a proyectos humanitarios y además de ser de origen mauritano.
Además, los líderes del frente no lograron ponerse de acuerdo sobre un sólo candidato, como es habitual, de modo que las actas del congreso fueron testigos de fuertes desacuerdos debido a los grandes problemas que tiene esta organización armada: el bloqueo del horizonte, la ausencia de cualquier proyecto político, la limitada toma de decisiones frente a sus verdaderos artífices que están dentro del régimen militar argelino, la escalada del conflicto interno, la exacerbación de las disputas dentro del Polisario debido a su dependencia ciega de las instrucciones del régimen militar en Argelia.
El colosal presupuesto de las milicias del Polisario
Por otra parte, y mientras que el pueblo argelino sufre pobreza extrema y hace cola durante horas y horas para conseguir una bolsa de leche, aceite o papas, la junta militar argelina dedica un presupuesto al Polisario que asciende a 7.700 millones de dólares. ¡Una auténtica barbaridad!

El armamento y material del Frente Polisario que se enfrenta a Marruecos

Muchos observadores subrayan que este dinero se saca del presupuesto del pueblo argelino, una fortuna que habría salvado a miles de jóvenes argelinos de huir de su país en embarcaciones improvisadas, a menudo acabando en el fondo del mar.
La asignación de un presupuesto colosal del dinero del pueblo argelino a los mercenarios del Polisario no es más que una justificación para seguir sobreviviendo, y es la única manera para que la Junta Militar siga en el poder, que demuestra la magnitud de la hostilidad de este régimen hacia Marruecos, además del alto costo financiero que significa adoptar y auspiciar un grupo separatista durante 50 años.
Varios opositores al régimen argelino en el extranjero acusan a los separatistas de acaparar el dinero del pueblo argelino chantajeando a la junta militar y desviando la ayuda internacional, sin olvidar su estrecha relación con el grupo terrorista de Hezbolláh, el brazo armado de Irán en Oriente Medio y el Norte de África, así como con la guardia revolucionaria iraní y las facciones combatientes en Siria, entrenadas por grupos terroristas.
Por todo ello, debemos preguntarnos:
¿Qué espera la Cancillería para romper con este grupo terrorista?
¿Por qué el Perú debe pasar por esta vergüenza internacional teniendo en cuenta que su posición hoy en día es maximalista y no principista como dice la señora canciller?
¿Por qué Torre Tagle no consolida su bloque internacional con países que tienen credibilidad en el concierto internacional en vez de apoyar a 1800 personas que dicen que forman un país?
¿Hasta cuándo la “caviarada” y embajadores en retiro seguirán mandando en Cancillería por beneficios propios y sospechosos?
¿No es momento que la señora presidente, Dina Boluarte, tome las riendas de este asunto, como responsable de la política exterior, y que sea parte de la solución de este problema?

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