Foro pidió que se luche contra delitos como la trata de seres humanos, la servidumbre doméstica, la violencia doméstica y el trabajo forzoso, y la protección de las víctimas de estos delitos.
La semana pasada se realizó con éxito en Marruecos la Conferencia parlamentaria «Diálogo interconfesional: trabajar juntos por nuestro futuro común».
La feliz iniciativa fue organizada además del Parlamento de Marruecos, por la Unión Interparlamentaria en cooperación de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas, la Liga de Eruditos Religiosos de Mohammadia y, en especial, Religiones por la Paz.
En mi opinión y en la de muchos el diálogo interreligioso y la tolerancia entre las religiones es la llave para la convivencia pacífica entre las sociedades y para la paz mundial. Recuerdo que, en marzo de 2020, en Seúl, se celebró la Cumbre Mundial de la Paz organizado por Universal Peace Federation (UPF) y se destacó que los líderes religiosos desempeñan un papel clave en la reconstrucción de sociedades destrozadas y que sin paz interior ni tolerancia no se puede construir una paz mundial, entre otras consideraciones.
Volviendo al tema que nos aboca, es importante destacar que al término de la Conferencia Interpalamentaria, los participantes concluyeron sus debates con la “Declaración de Marrakech”, en la que hacen un llamamiento a la coexistencia basada en la igualdad y la dignidad para todos.
Asimismo, solicitan que se anime a los líderes de las comunidades religiosas y de creencias a promover la inclusión, los derechos fundamentales dentro de sus comunidades y que, conjuntamente con las autoridades civiles, se luche contra delitos como la trata de seres humanos, la servidumbre doméstica, la violencia doméstica y el trabajo forzoso, y la protección de las víctimas de estos delitos.
También pidieron que se establezca “un contrato social que refuerce la dignidad común, la fraternidad y la igualdad entre todas las personas, y de construir sociedades resilientes en las que todos puedan encontrar su lugar, pidieron que se fomente la cultura del diálogo en los parlamentos como herramienta esencial para la paz y la inclusión”.
Para ello -y es importante resaltar- acentuaron la necesidad de crear grupos o comisiones parlamentarias en los congresos nacionales sobre el diálogo interreligioso e intercultural para la coexistencia pacífica y la inclusión social, y de promover la cooperación entre estos grupos o comisiones.
Aparte que el patrocinio de este evento fue gracias al Rey Mohammed VI, este envió un profundo y conceptuoso mensaje a los asistentes al foro para promover los valores de tolerancia y de coexistencia religiosa y que se concreten para beneficio de la humanidad, del mismo modo que, puso como ejemplo, la tolerancia que hay en su reino. Sería un gran modelo que cada país, de acuerdo a su realidad, experimente.
El monarca mostró la apertura de su país y de su pueblo a lo largo de los tiempos:
“Sobre esta tierra, y desde hace siglos, convivieron y siguen conviviendo musulmanes, judíos y cristianos. El suelo marroquí acogió a miles de personas, entre musulmanes y judíos, que huían de la persecución religiosa que tenía lugar en la Península Ibérica durante los siglos XV y XVI, ofreciéndoles generosa protección”, dijo Mohammed VI.
Agregó que, por otra parte, la historiografía contemporánea recuerda la protección del entonces Rey Mohammed V, a miles de personas de confesión judía que huían de la persecución del gobierno de Vichy, aliado de los nazis.
Asimismo, evocó a su padre, el Rey Hassan II, que emprendió la misma vía, de prodigar su solicitud hacia los ciudadanos marroquíes de confesión judía, “velando por consolidar los valores de convivencia y fraternidad entre todos los marroquíes, sean musulmanes o judíos”, dijo.
En otro momento, el Rey invocó a los asistentes la importancia de la convivencia y del diálogo, “aferrándonos a los valores de la moderación, la tolerancia y el rechazo a toda forma de radicalismo, odio y extremismo, estamos igualmente persuadidos de la necesidad de implementar políticas que faciliten el logro de estos objetivos”.
“Esperamos -prosiguió- que vuestra conferencia culmine con planes de acción que serán implementados de manera decisiva por los tres componentes que ustedes representan, tanto a nivel de cada país como a escala internacional. En este sentido, insistimos en la importancia de crear una herramienta mixta, cuyos trabajos han de ser coordinados desde la Unión Interparlamentaria, con vistas a hacer del diálogo interreligioso un noble objetivo común a todos los componentes de la comunidad internacional y defendido en los foros internacionales, considerándolo como uno de los estándares de la gobernanza democrática en la práctica parlamentaria, y uno de los indicadores del respeto del pluralismo y de la diversidad cultural”.
Cabe destacar que, dado el prestigio de Marruecos en la comunidad internacional, el país ha sido sede del IX Foro Global para la Alianza de Civilizaciones, en noviembre de 2022; Conferencia Internacional para el Diálogo de las Culturas y las Religiones, y la Conferencia sobre “Los derechos de las minorías religiosas en las tierras islámicas”.
Igualmente, el Foro Global contra el Terrorismo, en el cual Marruecos asumió la copresidencia durante tres periodos, desde 2015 hasta 2022. También es bueno recordar, que su nación recibió al entonces Papa san Juan Pablo II en 1985, en su primera visita a un país musulmán y en el 2019 al Papa Francisco, “a quien invitamos a efectuar una visita oficial a Marruecos, convencidos de la nobleza del diálogo interreligioso y de la importancia de orientar los esfuerzos de las autoridades religiosas al servicio de la paz, la cooperación y la fraternidad humana”, afirmó Mohammed VI.
A la conferencia asistieron parlamentarios, líderes religiosos y personalidades intelectuales.