Debemos también considerar que el gobierno norteamericano ha dispuesto que para el 2027 el 80 por ciento del valor de mercado de los minerales críticos usados en las baterías de los autos eléctricos debe ser procesado o extraído de los EEUU o de los países con los que tiene tratados de libre comercio como Perú, Chile y Méjico.
Según “The Economist”, «América Latina confronta la posibilidad de convertirse en el siglo XXI en una super potencia» en el suministro de insumos esenciales para la industria y la alimentación, “commodities” con una extensa, valiosa y perdurable gama de productos.
Señala la prestigiosa revista internacional que nuestra región alberga más de la quinta parte de los metales requeridos para impulsar el desarrollo de la energía limpia incluyendo 60 por ciento de las reservas de litio existentes en el mundo y que aún si la transición verde se detiene podría suministrar del 5 al 10 por ciento de la demanda global de petróleo para el 2030.
A todo ello se suma nuestra vasta producción agrícola que incluye la generación del 30 por ciento del suministro mundial de maíz, carne, aves y azúcar -no olvidemos que el Perú es el primer productor del mundo de quinua y paltas-en un escenario en el que la rivalidad entre EEUU y China nos sitúa en una confortable posición.
Debemos también considerar que el gobierno norteamericano ha dispuesto que para el 2027 el 80 por ciento del valor de mercado de los minerales críticos usados en las baterías de los autos eléctricos debe ser procesado o extraído de los EEUU o de los países con los que tiene tratados de libre comercio como Perú, Chile y Méjico.
Como ocurre en particular en nuestro país, América Latina tiene un extraordinario potencial totalmente desaprovechado y, lamentablemente, el futuro promisorio que le augura esa privilegiada situación no condice con la grave crisis política y social por la cual atraviesan la mayor de nuestros países que ha conducido a la irrupción de gobiernos de extrema izquierda totalitaria que poco o nada van a contribuir a superar la crisis y, por el contrario, en su afán de destruir el sistema democrático continuarán empobreciendo a sus pobladores.
Como lo dijo el sabio Raymondi, el Perú es un mendigo sentado sobre un banco de oro que, en mi opinión, también reluce por su extraordinaria creatividad y capacidad de trabajo como lo sigue demostrando aún en las más adversas circunstancias y América Latina replica, en términos generales, lo que ocurre en nuestra Patria.
Tenemos que asumir el desafío y dar la gran batalla para rescatar la democracia y consolidarla con eficiencia y justicia social, eliminando la corrupción y la amenaza totalitaria.
(*) Presidente de Perú Acción
Presidente del Consejo por la Paz