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SOLDADOS DE PUTIN DESFILAN EN MÉXICO

Por Luis Gonzales Posada.

“No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, dice un viejo refrán. En el caso de México, resta solo un año para que se vaya López Obrador

 

Lo que sucede en México es una desgracia para ese gran país, para América Latina y para las democracias occidentales.
Cuando falta un año para culminar su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) continúa causando graves estropicios políticos en su frente interno y en el ámbito internacional.
El más reciente agravio fue invitar al Regimiento Preobrazhenski a desfilar en el 213 aniversario de la independencia, al lado de militares cubanos, venezolanos y nicaragüenses, entre otras delegaciones.
Ante esa afrenta, la embajadora de Ucrania, Oksana Dramaretska, comentó indignada que “el acto ha sido mancillado por la participación de un regimiento ruso: sus botas y manos de criminales de guerra están manchadas de sangre”.
No creo, sin embargo, que a AMLO le importe esa protesta, que se produce al año y ocho meses de que las tropas de Putin, apoyadas por batallones de mercenarios, invadieron Ucrania, atacando con misiles viviendas, centros de salud, escuelas y mercados; asesinando, torturando, encarcelando y secuestrando a cientos de niños para trasladarlos a Rusia.
Menos debe importarle que el dictador moscovita ordenara cortar el suministro de gas a Europa, bloquear el transporte de alimentos por el Mar Negro y que amenace con lanzar bombas atómicas a quienes interfieran en su objetivo expansionista.
¿Estará informado López Obrador de que la Corte Penal Internacional calificó estos hechos de crímenes de lesa humanidad, decretando el arresto de los responsables civiles y militares, entre ellos el propio Putin?
Si conoce esa resolución, con seguridad no le interesa, como tampoco le interesó cumplir con su obligación de entregar al Perú la secretaría pro tempore de la Alianza del Pacífico o de no intervenir en asuntos de competencia interna de nuestro país, como ha hecho en 62 oportunidades.
López Obrador está mentalmente perturbado porque fracasó en el ejercicio de la presidencia. Recordemos que en la campaña electoral asumió el compromiso de reducir la tasa de homicidios, arrostrar al narcotráfico y aminorar el número de migrantes hacia USA.
Los resultados, empero, han sido catastróficos: según TResearch, AMLO culminará su gestión con el récord histórico de 200 mil asesinatos, una data superior a la de sus antecesores, los exmandatarios Peña Nieto y Felipe Calderón, que registraron 102 mil y 80 mil muertos, respectivamente.
Sobre el narcotráfico, un tercio de la nación azteca se encuentra controlada por cárteles de la droga. En ese aspecto, el Gobierno estadounidense ha señalado que 96 % de estupefacientes ingresan a su territorio por México, situación que se agrava por el comercio de fentanilo, un potente opioide sintético que el año pasado mató a 110,236 estadounidenses, en su mayoría adolescentes.
Sobre la migración, 776 mil mexicanos se han trasladado a USA y en los últimos tres meses esa cantidad se disparó a 147 mil personas. “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, dice un viejo refrán. En el caso de México, resta solo un año para que se vaya López Obrador. La gran patria de Benito Juárez y Lázaro Cárdenas tomará un nuevo rumbo. Solo extrañarán al líder del Partido Morena las dictaduras del bloque del socialismo del siglo XXI.
En cambio, funcionarios públicos y periodistas quedarán liberados de escuchar sus tediosas conferencias denominadas “mañaneras” que hasta la fecha se han transmitido en 367 oportunidades, con un promedio de 3 horas de duración cada una. Una tortura de la que no se ha compadecido la Virgen de Guadalupe.

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