BIZNIETO Y TAMBIÉN ALMIRANTE FERNANDO GRAU UMLAUF RINDE HOMENAJE AL CABALLERO DE LOS MARES
El Perú recuerda hoy al insigne marino al cumplirse 144 años del Combate de Angamos. Su vida no puede ser entendida si no tiene el mar como telón de fondo. Su biznieto y también almirante, Fernando Grau Umlauff, revela que nunca visitó el Huáscar.
jamás dispuso de algún dinero público a pesar de los fondos que manejó cuando fue comisionado a los astilleros de Inglaterra para traer la corbeta Unión, como tampoco legó fortuna a su descendencia
Lo llaman “el piurano ejemplar”, pero su historia y obra trasciende al Perú hasta llegar a ocupar un pedestal reservado para los héroes universales: Miguel Grau Seminario, es “El Peruano del Milenio”. Él personifica la lealtad para con el país por el cual ofrenda su vida en los años oscuros y adversos de la guerra. Los peruanos rendimos hoy homenaje al insigne marino al cumplirse 144 años del Combate de Angamos, el día que se hizo inmortal.
“En Grau la vocación es profunda, inequívoca y permanente. No podemos estudiarlo sino en la Marina y a través de la Marina, y debemos reconocer que todo este ejercicio humano se inició en Paita, en 1843, cuando se embarca en el buque Tescua, a cuyo capitán Manuel Francisco Herrera lo encomienda su padre Juan Manuel Grau”, escribe el historiador José Agustín de la Puente Candamo en su obra “Biografía de Miguel Grau”.
Es decir, la vida del héroe tiene el mar como telón de fondo y en él su inmenso amor por el Perú.
En unos apuntes ofrecidos para esta publicación por el también almirante Fernando Grau Umlauff, bisnieto del héroe, recuerda que la vida de su antepasado está marcada por la dignidad, lealtad y también por la generosidad que mostró con el enemigo, como lo hizo cuando salvó a los náufragos de la corbeta chilena Esmeralda, capitaneada por Arturo Pratt, durante el combate de Iquique.
La historia registra que Pratt fue un digno adversario guerrero de Grau, y que uno de los rescatados, al llegar a la cubierta del Huáscar, gritó agradecido: “Viva el Perú generoso”.
Una devoción a prueba de todo
En sus conversaciones con algunos de sus familiares, que buscan reconstruir pasajes de la vida de Grau, cuando era niño y vivía en Piura, Grau Umlauff relata que la abuela materna del héroe, de apellido Del Castillo, habría sido quien le inculcó su inmensa devoción religiosa que la mantuvo hasta su inmolación en el puente de mando del histórico buque peruano.
Fue monseñor Antonio Roca y Boloña, quien le regaló al ‘Caballero de los Mares” la estampa de Santa Rosa de Lima. Como amigo y confesor le dijo: “Miguel que esta santita nuestra te acompañe y si no te regresa con vida que te traiga lleno de gloria”, se lee en el reverso de la imagen. El almirante regresó lleno de gloria y como ‘Caballero de los Mares’”, escribió la historiadora Milagros Romero.
El descendiente del ilustre marino relata a Guik.pe que cuando era muy niño conoció y frecuentó a María Luisa, una de las hijas del héroe, “ya muy viejecita, muy habladora y simpática”, que le contó que el único recuerdo que tenía de su padre era que ‘su barba le picaba’”.
“Un héroe civil cuyo ejemplo es vigente…”
Hay un pasaje de su vida que habla de su estatura moral y es que “jamás dispuso de algún dinero público a pesar de los fondos que manejó cuando fue comisionado a los astilleros de Inglaterra para traer la corbeta Unión, como tampoco legó fortuna a su descendencia; por eso, a los dos meses de contraer matrimonio, se embarca nuevamente en la marina mercante para poder mantener a su familia”, recuerda Grau Umlauff.
“Su probidad es un ejemplo de lucha contra la corrupción y transparencia política, como diputado por Paita, que lo convierten en un héroe civil que fortalece la conciencia histórica, ejemplos que tanta falta hacen en el Perú”, destaca.
Su fortaleza también es haber sido autodidacta y sus conocimientos los completó siendo discípulo del poeta español Fernando Velarde Herrera, quien lo actualiza en diversas materias que le sirvieron para aspirar a la Escuela Naval, lo que sumó a su dominio del inglés y francés.
Como autodidacta también debe ser un ejemplo porque “hay personas que nos quejamos de muchas cosas, pero hay gente que nunca ha tenido nada y ha avanzado en la vida”, reflexiona Grau Umlauff.
Un peruano universal
Cuando inicia la guerra con Chile, los diarios europeos informan sobre los primeros combates y empiezan a resaltar la figura del Huáscar y de su comandante. ¿Qué diario del mundo, qué institución, gobierno, escritor o analista importante de aquella época o de la actualidad, no escribió o escribe sobre Grau?
Desde mayo a octubre de 1879, el Huáscar realizó una serie de acciones sorprendentes frente a una escuadra tan poderosa como la chilena. Apresó transportes enemigos, requisó carbón y vituallas de puertos del país del sur, despistó a las naves enemigas que recorrían la costa en su búsqueda, hasta que llegó el 8 de octubre en que Miguel Grau se hizo grande.
“Eso no me preguntes…”