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«DESDE LAS REDES SOCIALES DESARROLLA UNA ESTRATEGIA POLÍTICA»

Escribe: Víctor Andrés Ponce

Director de El Montonero

 

el primer problema que podría enfrentar el ex presidente es cómo reorganizar el fujimorismo, sobre todo luego de varios años de liderazgo de Keiko Fujimori

 

Un dato inevitable de la coyuntura es que Alberto Fujimori ha regresado a la política, sobre todo por sus mensajes e intensa actividad en las redes sociales. Y todo indica que, en las matemáticas que suele utilizar el polémico gobernante de los noventa, el retorno a la arena política no solo tiene que ver con la voluntad de preservar un legado, sino también con el convencimiento de que es la única manera de detener la judicialización en su contra, que pretenden seguir desarrollando las izquierdas.
Sin embargo, el primer problema que podría enfrentar el ex presidente es cómo reorganizar el fujimorismo, sobre todo luego de varios años de liderazgo de Keiko Fujimori. Un problema que, de acuerdo a las tradiciones niponas y los legados políticos, tendría que resolverse a favor del patriarca del fujimorismo. En ese sentido, no será nada extraño que en las próximas semanas y meses todo el fujimorismo, incluida la disciplinada bancada legislativa, comience a “albertizarse”. Veremos.
Lo cierto es que con una bancada más cerca del patriarca sería imposible que un sector del fujimorismo respalde la propuesta de José Luna de Podemos, que busca destruir el sistema privado de pensiones con retiros indiscriminados de las cuentas individuales. Finalmente, las cuentas individuales son una de las columnas de las reformas de los noventa.
Entre la búsqueda de preservar el legado y enfrentar abiertamente los intentos de la izquierda de judicializarlo, el patriarca del fujimorismo, según diversos trascendidos, estaría apostando por el desarrollo de una gran unidad de la centro derecha que nos aleje del imperio del antivoto que se impuso en las últimas elecciones nacionales.
Más allá de cualquier especulación, Alberto Fujimori es uno de los últimos viejos zorros de la política nacional, sobre todo luego de la lamentable desaparición de Alan García. Un vacío cada vez más difícil de llenar. Y, en medio de la fragmentación, en medio de la mediocridad, cuando un viejo lobo de mar se decide a navegar suele recuperar algunas cosas que parecían perdidas para siempre en la política. Por ejemplo, la defensa de las reformas de los noventa, entendiendo que el Perú está bajo amenaza  estructural del antisistema y, por lo tanto, se necesita la más amplia unidad de las centro derechas. 
Dios no siempre será peruano para que nos vaya salvando de todos los errores que se perpetran por mano propia. Uno de esos errores es la falta de unidad en las fuerzas que defienden el modelo.

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