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«BOLIVIA SE HA CONVERTIDO EN UNA DICTADURA SATÉLITE DE CUBA Y VENZUELA»

El exministro Carlos Sánchez Berzaín, refugiado político en EE.UU.,  dice que el supuesto golpe de Estado podría ser un ajuste de cuentas, y representa el “desorden de una dictadura en crisis”

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“La dictadura ha desinstitucionalizado por completo las Fuerzas Armadas. Hace años que las Fuerzas Armadas no son las Fuerzas Armadas de la nación, sino del régimen…”

 Carlos Sánchez Berzaín,

Exministro de Gobierno de Bolivia

 

El “desorden de una dictadura en crisis”, así calificó Carlos Sánchez Berzaín, exministro de gobierno de Bolivia, el alzamiento militar registrado en ese país el miércoles 26 de junio, y aseguró que difícilmente el suceso servirá para recuperar la libertad y la democracia en esa nación sudamericana, sometida por años a las dictaduras del siglo XXI.

“Esto es un movimiento dentro de un sistema irregular que se llama dictadura y puede ser un autogolpe, una simulación o un ajuste de cuentas interno. En todo caso, es muy dudoso que esto sirva para recuperar la libertad y la democracia en Bolivia”, expresó el exministro boliviano, refugiado político en Estados Unidos y actual director ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy, con sede en Miami.

Sánchez Berzaín indicó que desde hace casi dos décadas, específicamente con la llegada del líder cocalero Evo Morales al poder (2006 – 2019), Bolivia dejó de ser una democracia para convertirse en una “dictadura satélite” de Cuba y Venezuela.

“Han desinstitucionalizado por completo las Fuerzas Armadas. Hace años que las Fuerzas Armadas no son las Fuerzas Armadas de la nación, sino del régimen”, sostuvo el exministro, según el artículo publicado en el diario Las Américas, firmado por Estefany Brito.

A su juicio, la sublevación militar deja en evidencia el “desorden” y la “crisis” que enfrenta el régimen liderado por el presidente Luis Arce, afín a Evo Morales, que ha llevado al país “a la miseria, a la condición de narcoestado, a tener más de 300 presos políticos y más de 10,000 exiliados”. 

¿Juego de lealtades? 

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Militares bolivianos, dirigidos por los comandantes generales Juan José Zúñiga y Andrés Zúñiga, tomaron la Plaza Murillo de La Paz, donde se registraron enfrentamientos con los ciudadanos, e ingresaron al Palacio de Gobierno para expresar su “molestia” con el presidente boliviano.

Esto se produjo después de que Arce ordenara la destitución del general Juan José Zúñiga, luego de que este se manifestara en contra de la reelección de Evo Morales, quien tiene aspiraciones de cara a las presidenciales de 2025, pese a la sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), emitida en diciembre de 2023, que prohíbe la reelección indefinida.

“No puede ser que la lealtad de los comandantes se pague con deslealtad”, expresó el general Andrés Zúñiga en declaraciones a la prensa desde el centro del poder político en La Paz.

“Esta frase, por ejemplo, demuestra la crisis interna y la lealtad de los comandantes al régimen. Zúñiga se ha dado cuenta hoy día de que Bolivia es una dictadura y, además, no lo dice. O sea, es un juego de lealtades entre ellos, dentro de un régimen dictatorial”, señaló Sánchez Berzaín.

Ante este escenario, el exministro comentó que se debe dar tiempo para que la situación “amaine” y se pueda ver con mayor claridad qué sucede realmente en la nación andina.

“¿Dónde está Arce hoy día? ¿Está preso? ¿Lo han destituido? ¿Lo han cambiado? ¿Han tomado el mando? Esto es señal de una dictadura castrochavista en crisis, que se está derrumbando internamente, pero no hay nada claro hasta el momento”, subrayó Sánchez Berzaín.

Popularidad de Arce 

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El general Juan José Zúñiga afirmó tras su detención que el mandatario boliviano, Luis Arce, le pidió sacar “los blindados” para “levantar” su popularidad, tras confesarle que la “situación está muy jodida”. 

“El presidente me dijo que la situación está muy jodida, muy crítica. Es necesario preparar algo para levantar mi popularidad. ¿Sacamos los blindados?”, manifestó Zúñiga, quien respondió afirmativamente a la supuesta pregunta del presidente.

Zúñiga también abandonó el lugar, tras lo cual fue detenido y presentado en un cuartel de la policía, junto al comandante general de la Armada Boliviana (Marina), el vicealmirante Juan Arnez Salvador. Ambos son acusados por la fiscalía de los delitos de terrorismo y alzamiento armado.

Después se apaciguó el temporal con el retorno de los uniformados a sus cuarteles y la detención de los dos jerarcas castrenses.

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