BBC/ «El ELN es hoy un ejército binacional y un instrumento clarísimo de Venezuela para influir en Colombia»
(José Carlos Cueto/ Corresponsal de BBC News Mundo en Colombia).– El proyecto de «paz total» del presidente Gustavo Petro en Colombia se tambalea.
Desde el Chocó en el Pacífico hasta la frontera con Venezuela, el ELN tiene presencia en zonas claves del norte de Colombia.
Los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla en activo más grande del país, están suspendidos desde el 17 de enero por la violencia desatada entre este y otros grupos armados en El Catatumbo, región fronteriza con Venezuela, que hasta el momento deja decenas de muertos y secuestrados y miles de desplazados.
Los hechos provocaron que el lunes 20 de enero el presidente Petro dijera en X que declaró el estado de conmoción interior y emergencia económica para abordar la situación, a la espera de que sea aprobado por la Corte Constitucional.
El Catatumbo, hoy en crisis humanitaria, no es el único foco de terror con el que Colombia arranca este 2025.
En Cauca, Guaviare, sur de Córdoba, el Magdalena Medio o el Cesar, grupos armados protagonizan episodios sangrientos que, para el doctor en criminología de la Universidad de Illinois en Chicago y consultor en temas de crimen, seguridad y conflicto colombiano, Jorge Mantilla, indican una «implosión» de la política de paz de Petro.
Sin embargo, los últimos acontecimientos en El Catatumbo también son un recordatorio para funcionarios colombianos del delicado equilibrio que deben resolver.
Por un lado, deben contener la espiral de violencia sin romper definitivamente los diálogos de paz, lo cual «sería admitir el fracaso de la política de Petro«, según Mantilla.
Y por otro, deben tener presentes que cualquier acuerdo con el ELN pasa por Venezuela, país donde esta guerrilla se consolidó en los últimos años adquiriendo un carácter «binacional« y cuyo gobierno vive las horas más bajas de su relación con la administración de Petro.
Esto, después de que Colombia se reafirmara en no reconocer la toma presidencial de Maduro tras no enseñar las actas electorales de los comicios del pasado 28 de julio.
Jorge Mantilla también ha sido consultor para gobiernos locales colombianos en temas de conflicto armado y seguridad.
En entrevista con BBC Mundo, Mantilla profundiza cómo queda «la paz total» de Petro tras la suspensión de diálogos con el ELN y el rol clave de Venezuela en cualquier futuro acuerdo.
¿Es coincidencia esta oleada de violencia en tantas regiones al mismo tiempo?
No creo que esto sea algo coordinado a nivel nacional, sino más bien un efecto dominó de varias dinámicas territoriales, una especie de implosión en las estrategias de apaciguamiento que había conseguido instalar el proyecto de paz total en ciertos territorios.
Los grupos armados están cada vez más fragmentados en Colombia e inmersos en varias disputas locales.
Pero el gobierno, si bien estableció negociaciones que redujeron algunas formas de violencia, también, de alguna forma, estas negociaciones aumentaron el poder de estos grupos, que incrementaron su influencia territorial y número de personas armadas.
Por ejemplo, en el sur de Córdoba vemos una crisis humanitaria desde hace un año que se expande hacia el Magdaleno Medio y el sur del Cesar que está muy relacionada con la posibilidad de entrar, influenciar y controlar el Catatumbo.
Claro que hay conexiones entre algunas de las disputas, pero pienso que simplemente está implosionando la paz total por unos acuerdos que eran insostenibles en el tiempo.
Los actores que están sentados en la mesa, como el gobierno, los grupos armados y la comunidad internacional sienten que el tiempo se agota de cara a las elecciones de 2026.
Se suponía que este era el año, 2025, en que se implementaría la paz total.
¿Por qué es tan importante el Catatumbo para los grupos armados?
Es uno de los enclaves cocaleros más importantes del país y, en los últimos años, el enclave de mayor producción de cocaína en Colombia. Superó a regiones como Nariño o Putumayo.
Es también una región fronteriza con Venezuela, donde se sufrió de primera mano la crisis migratoria y humanitaria, y hay una presencia importante de grupos armados.
Por último, sus dinámicas también impactan a Cúcuta, la capital del nororiente colombiano y un enclave también importante de tráfico de migrantes y lavado de activos.
En términos geográficos, el Catatumbo permite conectar el norte del país con Venezuela. Es la ruta por la que se puede conectar el Chocó, sur de Córdoba, el Magdalena Medio y el Cesar con Venezuela.
Quien controle el Catatumbo podría controlar la frontera venezolana y el norte de Colombia.
Varios grupos armados, como el ELN, disidencias de las Farc y organizaciones paramilitares se disputan el control de la región del Catatumbo, un enclave cocalero importante en Colombia.
Para la estabilidad fronteriza es vital que Colombia y Venezuela tengan buena relación. Y justo ahora atraviesan el momento más bajo desde la llegada de Petro.