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OPINIÓN/ Fracaso de la descentralización: sin infraestructuras y más informalidad

(El Montonero).- Según el Plan Nacional de Competitividad del 2019 las brechas en infraestructuras básicas sumaban alrededor de S/ 117,000 millones. Sin embargo, entre el 2019 y el 2023 se devengaron S/ 195, 000 millones; es decir, en cinco años se gastó el 167% de la brecha mencionada con resultados lamentables para la sociedad. Así lo señala Gonzalo Prialé, ex presidente de AFIN y experto en infraestructuras

Ineficiencia de gobiernos subnacionales aumenta la pobreza

Vale indicar que en cuanto a agua y saneamiento se gastó un monto equivalente al 80% de la brecha considerada en el estudio del 2019; sin embargo, el déficit en agua se incrementó en más de 1%, y el déficit en saneamiento en 0.5%. Por otro lado, el 85% de la red vial no está pavimentada, el 96% de los centros educativos está en situación precaria, el 97% de los centros de salud de atención primaria igualmente está en estado precario, y el 85% de los hospitales tienen infraestructuras deficientes y equipos obsoletos. La pregunta que emerge es, ¿hacia dónde han ido a parar los miles de millones de soles que gasta el Estado?

Prialé señala que el 60% de la inversión en obras es tramitada a través de los gobiernos subnacionales (regiones y municipios) y únicamente el 2% del total de obras tienen conformidad de obras; es decir, han sido terminadas. ¡Una barbaridad! Todos estos hechos revelan que una de las causas centrales del fracaso del Estado en las últimas décadas proviene de la descentralización que se hizo de manera irresponsable, a tontas y locas, sin considerar la situación de los liderazgos regionales y menos la existencia de una burocracia mínima en el Estado.

La incapacidad del Estado y de los gobiernos subnacionales en la provisión de infraestructuras básicas, de una u otra manera, es una de las causas principales de la informalidad que, en algunas regiones, suma el 80% o el 90% de la sociedad. Es evidente que una región sin carreteras, sin agua, sin saneamiento, sin escuelas y sin postas médicas inevitablemente será una sociedad de una abrumadora mayoría informal.

Igualmente, otra de las causas de la destrucción del sistema político nacional y de la falta de un sistema de partidos nacionales –entre otros factores, como la devastadora reforma electoral promovida por el progresismo– es la fallida y destructiva descentralización que se desarrolla en el Perú. Los políticos que postulan a cargos administrativos en las regiones y municipios no tienen ningún incentivo para integrar los partidos nacionales, tal como sucedía en el siglo pasado, porque reciben las inversiones en obras sin mayores requisitos técnicos.

Ante semejante estado de cosas es evidente que una de las grandes reformas que deberá enfrentar el Perú para relanzar su crecimiento y desarrollo es ver cómo se cancela una descentralización fallida que ha alimentado la galopante corrupción en el Estado, y que ha fortalecido las tendencias a la anarquía y la disgregación nacional en medio de una creciente influencia de las economías ilegales, entre ellas la minería ilegal.

Para enfrentar esta situación Gonzalo Prialé plantea prototipos modulares de escuelas, postas médicas, sistemas de agua y desagüe, carreteras, entre otros, que se estandaricen, se empaqueten y se repliquen de manera en general en las regiones. Es decir, estandarizar los procesos de inversión en las infraestructuras a través de Proinversión o las unidades ejecutoras del gobierno central –de ninguna manera a través de las regiones– con el objeto de convocar grandes compañías nacionales e internacionales que construyan las mejores escuelas para los más pobres de la sociedad.

En la actualidad, por la manera fragmentada y balcanizada como se desarrollan las obras, se busca el expediente técnico más barato y la propuesta menos cara. El resultado: el 98% de las obras no se terminan y la ingeniería de las inversiones corre a cargo del familiar o los amigos del alcalde. Y entonces el 96% de las escuelas y el 97% de las postas médicas se caen a pedazos.

El precio de una escuela modular estandarizada es conocido y fiscalizado: se sabe cuánto cuesta un clavo y un ladrillo. La única variación está en los pilares, por los suelos, y los más pobres del Perú tendrán las mejores infraestructuras. De lo contrario seguirá el saqueo de los recursos fiscales que ya continúa por varias décadas.

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