El instante en el que hagas consciente de que todos somos uno; comenzarás a juzgar menos y a perdonar más
Siempre ten presente que en lo que creas, en eso te convertirás; el cerebro procesa los pensamientos de manera afirmativa, independientemente si estos son reales o imaginarios, la respuesta neurológica es la misma; por eso es tan trascendente mantener una actitud mental positiva, que nos permite co crear la realidad preparando un escenario favorable, constructivo y edificante.
Es con la actitud positiva como nos tornamos más creativos, cómo convertimos los problemas en desafíos, como inducimos a la mente a buscar soluciones; como promovemos alianzas y complementos; como activamos la inteligencia racional y emocional; como tratamos de sacar la mejor versión de nosotros mismos y la de los demás; como afinamos nuestra concepción y percepción de la vida y como sostenemos la fe y la esperanza como ingredientes que intuitivamente alimentan, cultivan y potencia la abundancia espiritual.
Si es tan poderosa la creencia, entonces considera que el ser humano es ante todo energía; simple, pura y abundante, esa energía que actúa como el principio y la esencia de la vida; esa energía creadora que habita en tu ser, es la misma que se manifiesta y fluye incesante en el universo, en aquel escenario que la física cuántica denomina el Campo Unificado y que anteriormente el Akasha ya lo contemplaba como el Gran Espíritu, el Espíritu del Uno, el sonido sagrado OM, que es el sonido de Dios, donde reina la luz, la frecuencia y la vibración en su máxima armonía y esplendor.
Elevar los estados de consciencia nos permite reconocer tanto la intención pura, la voluntad libre, el pensamiento positivo, el poder de la palabra y la importancia de actuar en equilibrio, armonía y coherencia para sintonizar con la totalidad compartiendo la misma frecuencia.
Si somos una partícula perfecta del Todo y si el Universo es energía creativa en permanente evolución, entonces bien podemos reflexionar sobre algunas características de ese maravilloso Campo Unificado en el que de algún modo y por alguna razón todo está interrelacionado, conectado y sincronizado, perdurando el asombro, la magia y el misterio.
El Universo es por ejemplo atemporal; por eso es eterno, no tiene ni principio ni final; también es abundante; 900,000 vías lácteas, cien mil millones de galaxias que contienen miles de millones de estrellas, nos dan una idea de su tamaño insondable; y dentro de toda esa inmensidad, una característica fundamental; hay un orden, una simetría y una geometría que podríamos calificarla de sagrada, porque apunta a la perfección.
El Prana que es la energía cósmica junto al Akasha que integra los 4 elementos fundamentales; agua, tierra, aire y fuego con el quinto elemento el éter, perfilan la naturaleza espiritual que rige la vida en todas sus escalas desde la Totalidad hasta la individualidad; esa es nuestra identidad, nuestra naturaleza y nuestro ser; único, divino e integrado.
Si somos parte del todo; entonces por extensión somos abundantes, infinitos e inmortales desde nuestra naturaleza espiritual, siempre invisible y siempre presente; por eso como decía Antoine de Saint-Exupery en El principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”.
Para activar la abundancia hay que creer y confiar; hay que bendecir y perdonar; hay que ser consciente de los 100 billones de átomos que tiene aproximadamente una célula; que una neurona contiene miles de millones de células; que nuestro cerebro tiene 100 millones de neuronas; y en general todos estos elementos están ordenados y organizados; como un ejemplo de la gestión de la abundancia y la correspondencia.
Muchas veces se confunde y limita la abundancia con lo que tenemos y específicamente lo que poseemos y consideramos la prosperidad y el éxito como la capacidad de tener, generar y poseer más y dentro de esa lógica tendemos a acumular, generalmente dinero y bienes; no hay nada malo con la abundancia material que nos da bienestar y tranquilidad, pero existen aspectos abundantes más profundos que nos pueden llevar del éxito económico a la felicidad integral y sostenida y todo comienza con dar y compartir; valorar los sueños, las ideas y pensamientos que son interminables y gratuitos; ser generosos en nuestro sentir y compasivos en exceso para activar los beneficios de la abundancia espiritual que si es sostenida, trascendente y eterna.
El instante en el que hagas consciente de que todos somos uno; comenzarás a juzgar menos y a perdonar más; elevarás tu ser fluyendo con el ingrediente perfecto, único y puro de la creación; el Amor y comprenderás que es el amor el símbolo de la abundancia infinita y la fórmula perfecta de la creación.
Con abundancia y prosperidad mi espíritu saluda a tu espíritu. Namaste.
En el mundo hay más acciones positivas qué negativas, celebró un medio qué publique las cosas buenas.
Gracias por su comentario.