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ANOTACIONES SOBRE LOS PROBLEMAS DE COYUNTURA NACIONAL

Escribe: Víctor Andrés Ponce

Director de El Montonero

 

la centro derecha debería estar organizando frentes amplios y nacionales para gestar una alternativa hacia el 2026.

 

El país parece comenzar a empantanarse y las instituciones a implosionar luego de más de un año del golpe de Pedro Castillo y las olas de violencia que pretendieron quebrar el Estado de derecho para instalar una asamblea constituyente.
Después de haber evitado la peor amenaza que enfrenta un Estado de derecho (la llegada al poder de un gobierno con programa antisistema y colectivista y una verdadera insurrección) lo lógico tendría que ser que el Estado, la sociedad y la economía, empezaran a avanzar a gran velocidad. Es la lógica de los países en donde se derrumbó un Muro de Berlín. Sin embargo, si bien el Perú no se cae el abismo, se comienza a empantanar de manera peligrosa.
Puede haber varias explicaciones. Una de ellas es la mediocridad del gobierno de Dina Boluarte que, de alguna manera, heredó las limitaciones del gobierno de Castillo, más allá de que todos los peruanos debemos estar profundamente agradecidos por el papel de Boluarte en la defensa del Estado de derecho frente al golpismo del eje bolivariano. Las limitaciones del Ejecutivo se expresan, por ejemplo, en que recién hay un ministro de Economía y de Energía y Minas con posiciones claras a favor del modelo. Antes parecían existir dos visiones económicas en el gobierno.
Por otro lado, un factor que contribuye al empantanamiento son las secuelas de las guerras adolescentes entre Nicanor Boluarte y Alberto Otárola, que culminaron con la renuncia del último a la presidencia del Consejo de Ministros. La guerra no ha terminado y falta que Otárola se cobre el vuelto. Y seguramente lo puede hacer, porque conoce la ropa tendida en el Ejecutivo.
A esta situación se suma la brutal guerra institucional en el sistema de justicia entre diversos sectores, luego de que el Perú experimentara una de las judicializaciones de la política más feroces de la región.

 

se cree que se puede seguir repitiendo el libreto de las últimas elecciones nacionales, en las que se fragmentaron especulando sobre quién pasaba a la segunda vuelta

 

En este contexto, es extremadamente complicado que se relance el crecimiento, la inversión privada, la reducción de pobreza y el combate a la ola criminal que afecta a toda la sociedad. Si el Ejecutivo está en guerra autodestructiva es difícil guardar energía para la gobernabilidad.
Sin embargo, las cosas se agravan hasta parecerse a una enfermedad terminal ante la falta de una alternativa que provenga de la centro derecha. Luego del desastre de Castillo, después del intento de golpe, las olas de violencia insurreccional y la feroz judicialización de la política, la centro derecha debería estar organizando frentes amplios y nacionales para gestar una alternativa hacia el 2026. La única manera de restablecer la confianza y la predictibilidad ante la sociedad.
En las derechas se cree que se puede seguir repitiendo el libreto de las últimas elecciones nacionales, en las que se fragmentaron especulando sobre quién pasaba a la segunda vuelta. Semejante irresponsabilidad ha producido el país de la actualidad que naufragaba e implosiona. Cambiemos, pues, el curso de las cosas.

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