El cardenal Barreto pretende lanzarle una tabla de salvación a Castillo divulgando sus aparentes propósitos de enmienda. Ya es tarde. El país clama por deshacernos, mediante vías perfectamente legales, de tan dañino personaje
Si no fuera por las graves implicancias que su conducta le acarreó y sigue acarreando al país, hasta lograríamos enternecernos al ver cómo el presidente Pedro Castillo cumple con las demandas del magisterio (firmando la ley para el pago del 100 % de la CTS), halaga al Congreso y abre las puertas de Palacio al cardenal Pedro Barreto confesándole su acto de contrición política, a través de las promesas de cambiar al consejo de ministros y alejarse del partido de Vladimir Cerrón. Agradable rosario de buena voluntad propio de una semana santa donde la exigencia de la fe duplica la oferta de las realizaciones.
Pero el hombre propone, Dios dispone, viene el diablo y lo descompone. La crisis en la entrega de pasaportes, la huelga de los controladores aéreos (la cual provocó una patética disputa de responsabilidades entre la ministra de Trabajo y el ministro del Interior), la disparada de precios en los mercados, la carta notarial amenazante de Castillo a la colega Rosana Cueva por un reportaje de ‘Panorama’ donde se le implica –una vez más– con un proveedor del Estado, y la ratificación del testimonio del ex comandante general del Ejército sobre las presiones ejercidas desde la Presidencia de la República para favorecer el ascenso irregular de un allegado al primer mandatario, dibujó el irreversible nivel de ineptitud y corrupción donde ha trepado el gobierno del mismo.
Y todavía queda sumar lo más preocupante de todo: la alta probabilidad de un enfrentamiento fatal entre comuneros-empresarios y trabajadores de la unidad minera de Cuajone debido al acto delincuencial de los primeros que han cerrado la bocatoma de provisión de agua para los segundos y sus familias. Bajo el consabido pretexto de “no criminalizar la protesta social”, la administración Castillo se niega a restablecer el orden y da el mensaje que jamás sancionará la violación flagrante de la ley. Resultado: entre febrero y marzo, los paros y huelgas han subido de 264 a 363, el mayor pico en la presente gestión gubernamental.
Para colmo de males, el Instituto Fraser determinó que el Perú pasa del puesto 34 al 42 en materia de atracción de inversiones. Y en percepción de políticas sobre minería –nuestra fuente principal de recaudación de impuestos– retrocedemos del puesto 42 al 69.
El cardenal Barreto pretende lanzarle una tabla de salvación a Castillo divulgando sus aparentes propósitos de enmienda. Ya es tarde. El país clama por deshacernos, mediante vías perfectamente legales, de tan dañino personaje. Tomando el título de la conocida película de Milos Forman (con la magnífica interpretación de Jack Nicholson), el chotano está atrapado y sin salida para recobrar el respeto ciudadano. La única salida posible y admisible es su renuncia, su vacancia o la acusación constitucional.