Ecuador entró este miércoles en su quinto día bajo el estado de excepción, decretado por el presidente Guillermo Lasso debido a la «grave conmoción interna” en varias provincias del país, donde desde hace diez días se registran enfrentamientos y cierres de carreteras en medio de una gran protesta a nivel nacional que lleva más de una semana.
La Conaie, que lidera la movilización nacional desde hace diez días en algunas provincias, exige al gobierno reducir los precios de los combustibles, atender el problema del desempleo, regular los precios de los productos del campo
La medida llega en medio de una gran movilización nacional promovida por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en contra del Gobierno, iniciada el 13 de junio.
“Anoche convoqué al diálogo y la respuesta fue más violencia. No hay intención de buscar soluciones. Dicen que luchan por el costo de la vida, pero cierran carreteras que provocan escasez, alza de precios y especulación. Dicen que quieren mejorar los servicios de salud, pero impiden el paso de ambulancias poniendo en riesgo de muerte a nuestros hermanos enfermos”, dijo Lasso durante su intervención del pasado viernes.
El mandatario insistió en que los hechos de violencia que se han registrado desde el lunes lo han obligado a declarar el estado de excepción “para defender la capital y defender el país”.
“Hay gente buena que está marchando para reclamar causas justas. Demandas que todavía no hemos podido atender”, agregó el presidente.
Mientras tanto, el movimiento indígena puso una serie de condiciones el martes para retornar al diálogo, entre ellas la desmilitarización de ciertos sectores de Quito y la derogación del estado de excepción.
La Conaie, que lidera la movilización nacional desde hace diez días en algunas provincias, exige al gobierno reducir los precios de los combustibles, atender el problema del desempleo, regular los precios de los productos del campo y combatir el crimen, entre otras demandas.