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EL GLOBALISMO IDEOLÓGICO COMO ENEMIGO DE LA REPÚBLICA

Una de las cosas más impresionantes del comunicado de las 16 embajadas en el Perú acerca de que el Congreso no debería legislar con respecto al control y fiscalización de los recursos del extranjero de las oenegés es que la ley interna de los mencionados países, precisamente, establece sistemas de control como los propuestos por el Legislativo. En otras palabras, la propuesta del Congreso del Perú solo está replicando las legislaciones de los países occidentales con respecto a las oenegés.

 

Debate mundial sobre lesa humanidad y control de oenegés

 

¿Por qué entonces las señaladas representaciones diplomáticas pretenden negar en el Perú lo que es norma en sus respectivos países? La única explicación: el nuevo globalismo ideológico que pretende construir un orden mundial en base a criterios ideológicos y sistemas de planificación, sin considerar la evolución particular de las sociedades, los estados y los sistemas republicanos.

Se trata del mismo globalismo que ha comenzado a destruir a Europa promoviendo la inmigración indiscriminada, a tal extremo que en los estados europeos han surgido zonas liberadas –controladas por islamismo fundamentalista– de los Estados de derecho o los llamados estados nacionales. La abrumadora votación de las centro derechas europeas (que el globalismo ideologizado y el progresismo califica de “fascista”) es el resultado de ese globalismo que ha destruido toda la grandeza europea.

Algo parecido sucede cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con un tono inexplicable en las relaciones internacionales y entre los estados, le ordena al Congreso nacional que se abstenga de legislar sobre los alcances de los delitos de lesa humanidad. ¿En qué artículo del Pacto de San José se establece que la Corte IDH está sobre la Constitución y la vigencia de los propios tratados internacionales? Más aún cuando el Congreso peruano va a legislar sobre el mayor principio del derecho penal que ha construido la civilización y la evolución del derecho desde la antigüedad hasta la actualidad: el principio de legalidad.

El Congreso nacional pretende precisar que los delitos de lesa humanidad están vigentes desde que el Perú firmó los tratados internacionales que reconocen ese tipo penal y no antes. ¿Acaso la Corte IDH se considera una nueva internacional que establece los tipos penales que rigen en los estados al margen de sus constituciones y los tratados internacionales? ¿Acaso la Corte IDH no debería ser la primera entidad obsesionada en que se cumpla el principio de que nadie debe ser imputado ni menos sentenciado si no hay ley previa?

el progresismo y las diversas corrientes neocomunistas han logrado desarrollar una polarización ideológica que debilita a los sistemas democráticos y republicanos.

¿Cómo explicar el intento de la Corte IDH de mantener una barbarie jurídica que representa una persecución judicial sin nombres a ancianos militares que – décadas atrás– defendieron la paz y la peruanidad frente a la ofensiva del comunismo terrorista? La única explicación está en la ideología.

Hoy que las fuerzas progresistas y neocomunistas inician en el Perú un nuevo ciclo de judicialización de nuestros soldados y policías que defendieron el Estado de derecho frente a las olas de violencia insurreccionales luego del golpe de Pedro Castillo, es incuestionable que la afirmación republicana del Perú solo será posible enfrentando el globalismo ideológico. Es decir, combatiendo ideológicamente ese globalismo que acaba de ser barrido en las elecciones europeas y que, seguramente, padecerá una derrota abrumadora en las próximas elecciones de los Estados Unidos.

En ese contexto, hace muy bien el Congreso cuando responde afirmando las prerrogativas que le confiere la Constitución y el Estado de derecho frente a las prepotencias y majaderías del globalismo ideológico internacional. Por otro lado, el Ejecutivo debería solicitar las más amplias explicaciones a las representaciones diplomáticas de los países extranjeros que acaban de intervenir en el debate nacional sobre las oenegés. ¿Cuál es el principio o tratado internacional en que se fundamenta ese pronunciamiento?

De alguna manera, al interior de Occidente y de los países occidentales, y aprovechando el sistema de libertades y de garantías constitucionales, el progresismo y las diversas corrientes neocomunistas han logrado desarrollar una polarización ideológica que debilita a los sistemas democráticos y republicanos. De esta manera se favorece al eje anti occidental, aquel que no respeta ninguna de las libertades occidentales.

En ese sentido es evidente que la afirmación republicana del Perú solo será posible confrontando con este globalismo ideológico.

TOMADO DE: EL MONTONERO

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