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ESCAZÚ: LA FARSA

Escribe:  Luis Gonzales Posada

Opinar a favor de los dictadores de Cuba y Venezuela es potestativo de la señora Bárcenas, pero no hacerlo bajo la sombrilla –y el sueldo– de un organismo internacional integrado por 43 países, desde donde impulsa una  sostenida campaña para que el Perú apruebe el Acuerdo de Escazú,

 

El canciller  peruano, César Landa, y sectores de izquierda intentan reactivar el Acuerdo de Escazú, firmado por el gobierno de Vizcarra y rechazado en dos oportunidades por la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.
La propuesta es impulsada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, organismo de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile, que cuenta con un presupuesto anual de 60 millones de dólares y utiliza el 86 % de ese dinero en pagar sueldos a 478 personas.
Esa poderosa maquinaria burocrática la maneja su directora ejecutiva, la bióloga mexicana Alicia Bárcena, propagandista del referido Tratado. Pero, ¿quién es la señora Bárcena y cuál es su pensamiento político? Algunas opiniones suyas definen, con absoluta claridad, su posición ideológica:
– “Se ha apagado la vida fecunda de un gigante [en referencia a Fidel Castro] protagonista de nuestra historia continental, combatiente por la igualdad y la justicia social. Sus ideales revolucionarios dejaron a pocos indiferentes”. (Noticias ONU, 26/11/2016).
–” Se ha apagado la vida fecunda de un gigante. Abrazo fraterno Raúl Castro y al pueblo cubano. Hasta la victoria siempre, comandante #Granma”. (Tuit, 26/11/2016).
– “Y el rostro de esta América es otro desde que él irrumpiera en la escena, y es mejor, porque Chávez demostró que cuando la voluntad de cambio justiciero no es expresión de ilusionismos personales, sino síntesis de la aspiración de las mayorías, estos son indetenibles”. (El País, 06/03/2013).
– “Su pérdida nos embarga de desconsuelo. Chávez irrumpe por derecho propio en esos territorios del corazón y la memoria donde habitan los hombres y mujeres grandes que han impreso su huella en la historia del continente. Hizo de la igualdad norte de su acción y de la soberanía altiva de su patria credo permanente”. (Naciones Unidas /CEPAL /06/03/2013).
– “En Venezuela ha habido numerosos avances sociales. […] El país no está en una crisis humanitaria, definitivamente no, hay que tenerlo claro […] Maduro ha realizado un gran esfuerzo por estabilizar los precios del petróleo buscando que no sigan cayendo, y eso ha sido una acción positiva. (El Mundo, Venezuela, 16/10/2016).
– “Venir a Cuba cada año para mí significa mucho. Vengo aquí a aprender de ustedes […] En un sistema donde predomine la pequeña empresa privada no hay igualdad, equidad, salud pública garantizada ni educación gratuita. [Valoro] la búsqueda progresista por ampliar los “derechos, la búsqueda socialista por transformar la estructura injusta de sistemas de producción y consumo que tienden a concentrar la riqueza, que privatiza utilidades y socializa los costos”. (Discurso en la Universidad de La Habana, El Líbero, 30/11/2016).
Opinar a favor de los dictadores de Cuba y Venezuela es potestativo de la señora Bárcenas, pero no hacerlo bajo la sombrilla –y el sueldo– de un organismo internacional integrado por 43 países, desde donde impulsa una  sostenida campaña para que el Perú apruebe el Acuerdo de Escazú, un proyecto inconstitucional a través del cual pretende empoderar a las ONG para que investiguen y monitoreen las inversiones mineras. Más aún cuando contamos con un Ministerio del Ambiente y un viceministerio de Gestión Ambiental, una ley Marco del Sistema de Gestión Ambiental (No 28245) y otra del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental (No 27446), además de  jueces y fiscales especializados en la materia. Por esas consideraciones el tratado fue archivado por el Congreso y rechazado por los gobiernos regionales y por las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, con su discurso en  la ONU el presidente Castillo vuelve a la carga sobre Escazú y coloca en el pináculo de nuestra política exterior la acreditación diplomática de Estado a una inexistente república Saharaui que no forma parte de las Naciones Unidas, que no
es reconocida por ningún miembro del Consejo de Seguridad, por los 34 países europeos, por  naciones asiáticas y por 23 de los 24 estados árabes

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