Los tres edificios, que el propio Pablo Neruda diseñó, son uno de los principales atractivos turísticos de Chile, pero las restricciones por la pandemia las han puesto al borde de la quiebra.
«La Sebastiana», en Cerro Florida, Valparaíso, es una de las tres casas que funcionan como casa-museo del poeta.
La Fundación que administra el legado del poeta chileno y premio Nobel de Literatura Pablo Neruda lanzó ayer miércoles (06.04.2022) un pedido de auxilio económico para continuar con el adecuado funcionamiento de sus tres casas-museos, golpeadas tras dos años de pandemia.
«Estamos en una situación muy compleja», dijo este miércoles el presidente de la Fundación, Fernando Sáez, en un encuentro con periodistas de medios extranjeros.
«Neruda tenía casi una obsesión tal y como coleccionaba y recolectaba todo lo que se le pasaba por la cabeza, tenía un especial interés por el hábitat. Cada casa es distinta»
Las dos casas en la costa central de Chile, en el balneario de Isla Negra y en el puerto de Valparaíso, y otra en el centro de Santiago, a los pies del cerro San Cristóbal, son uno de los principales atractivos turísticos del país, visitadas cada año por unos 350.000 personas.
Pero la pandemia obligó a cerrar las puertas de las tres casas que el poeta construyó o remodeló, pudiendo reabrir -con aforos y otras restricciones sanitarias- recién en septiembre del año pasado. Hoy, reciben apenas un 15% de las visitas que tenían antes.
Durante el cierre de las casas, el personal se redujo el salario a la mitad y se lograron mantener las labores de limpieza y seguridad. Pero hoy las cuentas no dan ni para proseguir con el normal funcionamiento ni para acceder a uno de los proyectos más atractivos para la Fundación: abrir un nuevo espacio dedicado a la obra del poeta con extensión de 1.000 metros cuadrados al frente de «La Chascona», la casa en pleno barrio bohemio de Santiago que Neruda adquirió y bautizó en honor de su tercera esposa, la soprano Matilde Urrutia, a la que se refería con ese apodo por su larga cabellera pelirroja.
Antes de la pandemia, solo por el pago de las entradas a las tres casas, la Fundación recibía hasta 250 millones de pesos mensuales (unos 320.000 dólares) y otros 200.000 dólares por concepto de derechos de autor del poeta, ganador del premio Nobel de Literatura en 1971.
Saéz reconoció que llamó sin éxito a la puerta del anterior gobierno del conservador Sebastián Piñera (2018-2022) y de varias empresas para obtener financiamiento, pero no tuvieron éxito.
«Neruda tenía casi una obsesión tal y como coleccionaba y recolectaba todo lo que se le pasaba por la cabeza, tenía un especial interés por el hábitat. Cada casa es distinta», explica a Efe Sáez.
«No era un asunto de comodidad, era un asunto de visión de estructura. Era parte de su obra y de su vida, porque creo que pocos escritores o novelistas tienen un legado, un patrimonio tan curioso», subraya. «No quiero pensar en el hecho de que se cierren las casas de Neruda», agregó Sáez, apesadumbrado por la falta de recursos.