GUTIÉRREZ: PETROPERÚ, UNA HISTORIA DE DECISIONES ERRÁTICAS
El gobierno habría tomado ya la decisión de entregar la administración total de Petroperú a una empresa privada y, con ello, la remoción o no del actual directorio de la petrolera ha pasado a segundo plano. ¿Pero es esta decisión la más adecuada? En opinión del experto en temas energéticos, César Gutiérrez, la vía escogida por los actores el Ejecutivo podría atizar aún más la crisis en la entidad.
Adrianzén salió a decir que se había decidido contratar a un PMO (gestor de procesos) y eso, en mi opinión, es un error garrafal
Gutiérrez sostiene que en la actualidad la única salida para salvar a Petroperú de la quiebra total, es contratar a un banco de inversión que ayude a gestionar la enorme deuda que esta mantiene con los acreedores.
Dijo que adicionalmente, se deberá contratar a un experto que supervise las acciones que realizan los funcionarios de Petroperú en áreas claves, a fin que puedan informar constantemente al directorio de si se están haciendo bien las cosas.
Al preguntársele por qué considera que la entrega de toda la administración de Petroperú a un privado (Gustavo Adrianzén lo confirmó recientemente) es un error; dijo que su posición se basa en que no hay empresa que pueda conocer, y por consiguiente manejar, todas las actividades que realiza una petrolera.
En consecuencia- añadió- que el nuevo administrador va a tener que subcontratar a otras firmas especializadas para que se encarguen de gestionar las actividades más complejas, con lo cual Petroperú estaría condenada a perder mayor eficiencia y control, corriendo el riesgo que la crisis se acentúe.
“Lo que sucede es que el actual directorio de Petroperú, que no es técnico, ha hecho esa propuesta y el Gobierno la ha aceptado. Entonces (Gustavo) Adrianzén salió a decir que se había decidido contratar a un PMO (gestor de procesos) y eso, en mi opinión, es un error garrafal por las razones que ya he expuesto”.
Además, precisó que ningún actor del gobierno ha explicado si este PMO va a aportar fondos; o cuánto es lo que tendrá que invertir el Estado peruano como propietario de la petrolera. “Tampoco se ha mencionado (hasta el momento) como se proyecta seleccionar a dicho gestor”, advirtió.
UNA DÉCADA DE DECISIONES ERRÁTICAS
Más adelante explicó que la situación actual de la petrolera, es producto de 10 años continuos en donde los sucesivos gobiernos han adoptado decisiones equivocadas y erráticas con respecto a dicha empresa nacional, entre las que se incluye la construcción de la Nueva Refinería de Talara (NRT) que es el detonante de la crisis.
De acuerdo a ello advirtió que una serie de cifras que corresponden al segundo trimestre del presente año, comprueban que la difícil situación por la que atraviesa Petroperú no se va a solucionar solo con la operación de todas las unidades de la Nueva Refinería Talara (NRT).
“Los guarismos son las señales que toman los mercados: deuda de 7.5 veces su patrimonio, déficit de capital de trabajo de US$3,122 millones y una participación del mercado de tan solo el 25%, con cuatro competidores de talla internacional.
Añadió que en medio de esta situación, la Nueva Refinería Talara cumple una década de Incesante trajín mediático. “Esto se inicia con la aprobación del contrato para su construcción en el primer semestre del 2014, respaldado por la ley 30130 promulgada en diciembre del 2013. Cuando este se firmó se dijo que el dispositivo le legal permitía la venta del 49% del accionariado, pero no se reparó si la billonaria inversión podía ser recuperada”, relató.
Así, añadió, en 2017, se afirmó que no había forma de modificar el contrato de construcción porque sería oneroso, sin que se haya presentado algún documento que sustente tal declaración.
“Entonces, se hizo un aumento de capital por US$325 millones y una autorización de endeudamiento hasta por US$3,000 millones. Luego, en junio de ese año, se emitieron US$2,000 millones en bonos del endeudamiento autorizado”, añadió.
La campaña mediática del gobierno de ese entonces- indicó-se centró en el éxito de la colocación añadiéndose que la demanda fue de 5 veces superior a la oferta. Pero en ningún momento se dijo como se pagaría la operación.
Explicó que un año después- en noviembre del 2018- se recibió un desembolso de US$1,300 millones de un crédito avalado por agencia estatal española, y en febrero del 2021 se emitieron otros 1,000 millones de dólares en bonos.
“Hasta allí todo era felicidad para prestamistas y prestatarios. La narrativa era que con el margen de refinación de la nueva refinería se pagaría toda la deuda; pero eso no fue así. A partir del 2022 vinieron los problemas y el apoyo estatal entre aumentó de capital y líneas de crédito ascendió a US$3,682 millones desembolsados entre mayo 2022 y febrero de este año”, dijo.
Así, explicó que la primera serie de bonos por US$1,000 con vencimiento en el 2032, se cotizan 23.8% por debajo de su valor nominal y los US$2,000, con vencimiento en el 2047 tienen una cotización de 34.6% menor de su valor impreso. “El mercado ya ha ido descontando la pérdida de confianza”, finalizó.