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LA DEFENSA DE LIMA

Escribe:  Francisco Diez-Canseco Távara (*)

la osadía es fruto de la ignorancia pero, en este caso, la ignorancia y la violencia de estos extremistas está logrando su objetivo pero al revés ya que está cohesionando a todo el Perú en la defensa de los valores democráticos

 

Ya sabemos que la pomposamente llamada “Toma de Lima” no es otra cosa que un nuevo intento de extremistas y subversivos para crear incertidumbre y desestabilizar al país, aún cuando están plenamente conscientes -los hasta ahora anónimos azuzadores-del rechazo multitudinario a sus maniobras desestabilizadoras para las que usan, como diría Piérola, un sector de “desconcertadas gentes”, desinformadas pero con legítima vocación de protesta.
La ya conocida agenda de los extremistas no recoge ciertamente las razones por las cuales un grueso sector de nuestra población  tiene esa vocación de protesta: el secular abandono de muchas provincias consecuencia de una descentralización pésimamente llevada en el escenario convulso de gobiernos nacionales y autoridades regionales corruptos y con incapacidad de gestión.
Es una agenda política que, en su propia propuesta encierra el designio de un golpe de Estado: si renuncia la señora. Boluarte sólo podrían realizarse elecciones presidenciales y no generales; el cierre del Congreso sólo puede efectuarlo el Jefe del Estado, o sea Boluarte, previa la denegatoria de dos cuestiones de confianza por parte del Congreso; y la Asamblea Constituyente para crear una Constitución comunista pasa también por el tamiz del Congreso.
Sin duda, la osadía es fruto de la ignorancia pero, en este caso, la ignorancia y la violencia de estos extremistas está logrando su objetivo pero al revés ya que está cohesionando a todo el Perú en la defensa de los valores democráticos que cuestionan los azuzadores que intentan endilgarnos un sistema totalitario, abusivo y empobrecedor como el que impera en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
La defensa de Lima es, claramente, la defensa de todo el Perú en la medida en que lo que está de por medio es  la defensa del sistema democrático frente a una agresión financiada desde el extranjero que pretende destruirlo para recuperar la hegemonía transitoria que lograron los rojos con el corrupto y golpista Pedro Castillo y su entorno: no debemos olvidar jamás los 17 meses de ese régimen de pacotilla para que una situación de esta naturaleza no se vuelva a repetir.
Por cierto la defensa de Lima y del Perú en el corto, mediano y largo plazo no pasa sólo por la puesta en marcha de una acción policial preventiva y de exhaustivo control: se requiere, como lo he planteado muchas veces, una Revolución Pacífica que cubra la Deuda Social, elimine la corrupción y promueva una real y efectiva economía social de mercado hoy inexistente en el Perú.
De otra forma, el caldo de cultivo seguirá siendo aprovechado por la extrema izquierda totalitaria.
Y eso no lo vamos a permitir y por eso lucha mi partido, Perú Acción.
(*) Presidente de Perú Acción
     Presidente del Consejo por la Paz

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