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LOS ERRORES DE LA MAYORÍA DEL CONGRESO FRENTE A LA ECONOMÍA

A pesar de los niveles de desaprobación en las encuestas, la feroz campaña de algunos medios y los llamados “niños” y “mochasueldos”, en el Congreso existe una mayoría conformada por bancadas democráticas que tiene mucho que ver con  la continuidad del Estado de derecho.  Más allá de encontrones coyunturales, sin la convergencia de Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Renovación Popular, Avanza País y Somos Perú, en el Perú se habría instalado una asamblea constituyente, se habría desarmado el modelo económico y la sociedad estaría embarcada en un proyecto bolivariano. Algo así ha sucedido en todos los países latinoamericanos en donde los legislativos se pusieron del lado del caudillo de turno y de la convocatoria de una eventual asamblea constituyente.

 

Ignorar que el bajo crecimiento amenaza a la democracia es un error imperdonable

 

El actual Congreso, pues, tiene mucho que ver con la permanencia del Estado de derecho en el país: enfrentó abiertamente el proyecto de Castillo. Sin embargo, lo que causa estupor es que esa propia mayoría que detuvo la constituyente y el golpe de Estado de Castillo, con el respaldo institucional de las fuerzas armadas, hasta hoy no entienda el papel y la trascendencia del crecimiento de la economía y la reducción de pobreza en el país.
Por ejemplo, antes de la pandemia y de la tragedia del Gobierno de Castillo, la pobreza se había reducido al 20% de la población. Luego del Gobierno de Perú Libre, la pobreza se sitúa en 27.5% (más de nueve millones de peruanos) y con el bajo crecimiento este flagelo social puede llegar al 30% en el 2026. Y si consideramos las proyecciones de crecimiento de menos de 1% del PBI para el 2023 es incuestionable que el problema se agravará.
¿Cuál es el gran problema de la economía? ¿Acaso se han modificado las reglas de la economía? El modelo, mal que bien, a pesar de las sobrerregulaciones y la burocratización del Estado, sigue allí. El drama, a nuestro entender, proviene de la política, no solo de la destrucción que generó Castillo y la izquierda, sino también de la ausencia de una alternativa política hacia el 2026. Bajo este fenómeno de incertidumbres no existen nuevas inversiones en el país. Ni en la minería ni en las agroexportaciones se conocen de nuevos proyectos. El ejemplo de la  minería en medio de un ciclo de precios altos es dramático: la inversión caerá en 18% en este año y más de 7% el siguiente.
En este contexto, la actual mayoría democrática del Congreso debería estar trabajando frenéticamente por superar el clima de desconcierto e incertidumbres que paralizan y postergan nuevas inversiones. Desde la derogatoria de los decretos laborales promulgados por Castillo que fomentan la guerra de clases entre empresarios y trabajadores hasta el restablecimiento de la vigencia de la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), que establecía un régimen tributario y laboral especiales para fomentar inversiones y formalización masiva del empleo en el sector agroexportador.

 

la economía ha dejado de crecer, la pobreza sigue aumentando y, de una u otra manera, se está organizando un escenario que favorece a las propuestas antisistema en el 2026.

 

Igualmente, el Legislativo debería ejercer un control político permanente sobre el Ministerio de Energía y Minas y la presidencia del Consejo de Ministros en cuanto al destrabe de los proyectos mineros en el Perú (por ejemplo, Conga y Tía María) y enviar una señal poderosa al mundo y a los mercados de que el segundo productor mundial de cobre del planeta ha vuelto a poner el Estado de derecho al servicio de las inversiones, el crecimiento y la reducción de pobreza.
Por otro lado, las bancadas de la mayoría democrática que mencionamos deberían conformar una comisión de académicos y economistas que desarrollen un seguimiento de los problemas de la economía, del crecimiento y del modelo en general, de tal manera que los sectores que defienden el régimen económico de la Constitución pasen a la ofensiva legislativa en temas económicos. Hoy existe una ofensiva general de las corrientes comunistas y progresistas que pretenden desmontar los pilares del modelo económico. Si no es posible la convergencia de las bancadas, cada uno de los grupos parlamentarios democráticos debería proponerse enfrentar el problema de la economía.
En cualquier caso, la economía ha dejado de crecer, la pobreza sigue aumentando y, de una u otra manera, se está organizando un escenario que favorece a las propuestas antisistema en el 2026.
TOMADO DE: El Montonero

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