«NETANYAHU SABE QUE LA SUPERVIVENCIA DE HAMÁS SUPONDRÍA SU DERROTA»
Jeremy Bowen
Role, Editor Internacional de la BBC
Tras meses de intensas conversaciones entre Israel y Hamás y el grupo de países mediadores, ha llegado el momento de tomar decisiones difíciles.
Hamás ha aceptado una propuesta de acuerdo de alto el fuego que está «lejos de satisfacer las demandas de Israel», según Benjamín Netanyahu. Aun así, el primer ministro ha considerado necesario enviar una delegación para estudiarla.
Israel aceptó una propuesta de alto el fuego a finales de abril. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que la oferta era «excepcionalmente generosa».
Limar las diferencias entre la versión de Israel y la aceptada por Hamás es el gran desafío para los negociadores en El Cairo. Fuentes diplomáticas en Qatar, que forma parte de los esfuerzos de mediación junto con Egipto y Estados Unidos, me aseguraron que se trata «en términos generales, de la misma propuesta de Israel. Solo se hicieron pequeños cambios en terminología y detalles».
El anuncio de Hamás sobre la propuesta de alto al fuego ha puesto en una encrucijada al primer ministro israelí.
Israel puede interpretar, sin embargo, que las diferencias no son menores. Un importante punto de conflicto ha sido que Hamás quiere que el alto el fuego sea permanente, no temporal, y vaya seguido de una retirada israelí de Gaza.
Si la delegación estadounidense, encabezada por el jefe de la CIA, William Burns, cree que las discrepancias entre ambos pueden salvarse, Netanyahu puede dar por hecho que habrá presión de Washington para que la acepte.
«Hay dos maneras de ver la táctica de Hamás»
Hasta el lunes por la tarde, la suposición de Israel era que Hamás rechazaría una propuesta de alto el fuego. Benjamín Netanyahu y su gobierno, como la mayoría de analistas extranjeros, quedaron sorprendidos cuando la organización islamista palestina anunció su decisión.
Hay dos maneras de ver la táctica de Hamás. Puede interpretarse como una medida desesperada por parte de una organización muy desangrada y casi destruida por la larga ofensiva de Israel.
O como una hábil jugada política que ha puesto la presión sobre Netanyahu. Esa explicación es más creíble, ya que trastocó los planes y suposiciones de Israel.
Sabemos que Israel calculaba la siguiente fase de la guerra sobre el supuesto de que Yahya Sinwar, el jefe de Hamás en Gaza que lleva escondido desde el 7 de octubre, nunca aceptaría un alto el fuego.
Israel utilizó la ausencia de una propuesta de alto el fuego por parte de Hamás para apoyar su decisión de lanzar una operación militar Rafah. Y Estados Unidos ha dejado muy claro que está en contra de cualquier operación terrestre en esa ciudad que pueda amenazar las vidas de más civiles palestinos.
Mientras Israel advertía a unos 100.000 palestinos que abandonaran sus hogares en la mañana del lunes, su ministro de Defensa, Yoav Gallant, comunicaba a su homólogo estadounidense que no había alternativa a un ataque a Rafah.
Eso, argumentó, se debía a que Hamás había rechazado todas las propuestas de un alto el fuego temporal y la liberación de rehenes. Sólo unas horas más tarde, Hamás hizo su anuncio, poniendo en evidencia que Israel había lanzado un farol.
Netanyahu, «bajo una fuerte presión»