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OPINIÓN/ El maligno avanza

Escribe: Ricardo Vásquez Kunze

Ricardo Vásquez Kunze

Es increíble que precisamente quien difunde los principios católicos sea excomulgada de esa iglesia.

Al momento de publicar este artículo, Giuliana Caccia, fervorosa católica, apostólica y romana, ya habría sido excomulgada de la Iglesia católica por orden directa del Papa Francisco. Caccia es una difusora de los principios tradicionales del credo católico. Está en contra del aborto, de la agenda LGTBI, del imperio de la agenda 2030 de la ONU, a favor de la vida, la familia tradicional y difunde su posición en los medios de comunicación. Pues bien, esa misma activista de la agenda católica ha sido excomulgada por el Papa Francisco.

Su «pecado» ha sido denunciar penalmente a uno de los enviados papales cuya misión era averiguar la verdad sobre el tema de las denuncias contra el Sodalicio. Resulta que en su ingenuidad, Caccia pidió una reunión con el enviado papal en la cual dio su versión sobre este tema. Esta versión era confidencial y bajo el amparo de la reserva entre ella y el enviado o papal.

Parte de la información correspondía a una gavilla de delincuentes detenidos como organización criminal por la PNP como extorsionadores y traficantes de terrenos que pretendían despojar a empresarios piuranos de sus tierras destinadas a construir camposantos católicos so pretexto de que eran «tierras ancestrales». Estos eran presentados por las ONG caviares de DD.HH. como víctimas del Sodalicio.

El hecho es que lo que conversó Caccia con el enviado papal se «filtró» a la prensa caviar sin que no quede duda de quién la filtró. Ante esta situación, Caccia puso una denuncia penal contra el enviado del Papa. Luego de este hecho, el nuncio citó a Caccia y le dijo que estaba bajo una excomunión inminente si en el lapso de 48 horas no retiraba la denuncia contra el enviado papal, además de guardar silencio sobre sus actividades de difusión católica.

Caccia cree que el Papa ha sido malinformado y apela a su misericordia, pero ha decidido no aceptar el ultimátum papal de 48 horas para que no se excomulgada. Es increíble que precisamente quien difunde los principios católicos sea excomulgada de esa iglesia. Pero lo cierto, lo concreto y lo real es que Roma locuta, causa finita.  Lo que olvida Caccia es que este Papa, como lo ha dicho el presidente de Argentina es el «maligno». Es decir, este sujeto Bergoglio es un caviar hecho y derecho. Está a favor de la agenda 2030 y es permisivo, con el cuento del diálogo ecuménico, con otras iglesias que no tienen nada que ver con los dogmas y principios de la Iglesia católica.

En síntesis, el Papa tiene una agenda política contraria a la agenda que difunde Caccia y que, en su caso, son los principios fundamentales de la Iglesia católica. La excomunión es para cualquier católico una sentencia contra su salvación. Significa que irán al infierno. Guiuliana cometió un error por no asesorarse. Si lo hubiera hecho, se le habría dicho que tenía que poner en la balanza su excomunión y la verdad. Hay que entender una cosa. Un enviado personal del Papa representa al Papa en sí mismo. Si denuncias al enviado personal del Papa penalmente es como si le lanzaras una cachetada al Papa. Es una cuestión personal. Eso no va a cambiar.

Hoy ya no se le puede lanzar bofetones al Papa. Antes sí. El Papa Bonifacio VII fue abofeteado en Agnani el 7 de septiembre de 1303, vestido con toda la parafernalia papal por Sciarria Colonna, valido de Guillaume de Nogaret, representante del rey de Francia. Luego del bofetón, el Papa murió de pena y de indignidad ante tamaña ofensa, y, luego, el papado fue a trasladado a Avignon (Francia) durante casi un siglo. Hoy abofetear a alguien es un delito y eso lo debió considerar Caccia al denunciar penalmente al enviado personal del Papa. Debió entender que un Papa caviar odia su posición católica de difusión de preceptos tradicionales.

o te callas para siempre o eres excomulgada

Los enviados papales no venían a buscar la verdad, ya tenían la verdad preconcebida y la misión de disolver al Sodalicio con la que se vincula a Caccia. De lo contrario, el enviado personal del Papa no hubiera filtrado a los enemigos de Caccia la conversación privada que tuvieron en la Nunciatura. Caccia ha sido excomulgada de manera arbitraria por un rey absoluto que es infalible más que en cuestiones de fe pero que hace uso y abuso de su poder absoluto.

Voy a contar una historia. La de la monja sor Lucía Caram, argentina, afincada en Barcelona. Esta monja es abortista y va en contra de los principios más sagrados de la doctrina católica. Sin Embargo nadie en el Vaticano le ha dado una sanción por sus opiniones contra los principios católicos. Sin embargo a Caccia, que difunde los principios católicos tradicionales de la familia, la vida y otros, se le impele a terminar de opinar sobre la fe católica y sus principios, además de arrepentirse y retirar la denuncia contra el infidente enviado papal.

En síntesis: o te callas para siempre o eres excomulgada. Le queda, puesto que lo hecho, hecho está, que Giuliana comulgue en la Iglesia ortodoxa (que ya no está excomulgada por la Iglesia católica) o pertenecer a la opción de los partidarios de la «sede vacante», es decir, no reconocer la autoridad de este Papa. Lo perverso es que los que creen en la fe católica sean excomulgados para la risa y el aplauso de los ateos y no creyentes.

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