(El Montonero).- En el estudio “Gasto del Estado peruano en telecomunicaciones satelitales. Bases para un proyecto de satélite de telecomunicaciones para el Perú”, elaborado por el general FAP (R) Carlos Caballero León y el ingeniero Wilfredo Fanola Merino, se establece que en el 2020 el Estado gastaba US$ 21.7 millones en contratar servicios de comunicación satelital. El gasto se desarrollaba de forma atomizada y deficiente para un total de 45 instituciones de las más de 2,000 del Estado peruano. La Policía Nacional del Perú (PNP), el Ministerio de Educación, el Instituto de Radio y Televisión, las fuerzas armadas, entre otras entidades, contratan servicios caros y extremadamente deficientes. En mayo del 2021 los contratos atomizados por servicios de comunicación satelital pasaron a representar US$ 34.95 millones y el año pasado hubo la intención de contratar US$ 54.17 millones.
Se conectarían 20,000 poblados excluidos de la economía y la revolución digital
Semejante atomización del gasto y el nivel de ineficiencia de los servicios se convierte en una locura delirante cuando se repara que un satélite de comunicaciones (el Perú solo tiene un satélite de fotografías), de acuerdo a la producción en serie y estandarización de los equipos en el mundo, podría costar entre US$ 100 millones y US$ 300 millones, en la versión full digital.
En otras palabras, en tres o cuatro años, con los actuales gastos del Estado en estos servicios, se pagaría el costo de un satélite de comunicaciones asegurando la integración de todo el Perú, la inclusión y conectividad de los sectores más excluidos, y la potenciación de nuestro sistema de defensa nacional.
Una de las cosas más lamentables de esta situación es que en el Perú existen alrededor de 95,000 centros poblados, de los cuales 20,000 no tienen ningún servicio digital ni conectividad. Y considerando la situación, no hay proyectos ni en el corto ni en el largo plazo para enfrentar este problema. En otras palabras, el 21% de los centros poblados del Perú están condenados a la pobreza endémica. El milagro de la tecnología es que la compra de un satélite de comunicaciones, en el acto, permitiría integrar a estos centros poblados y vincular a la próxima generación de jóvenes al desarrollo y la globalización de nuestra sociedad. Se saltarían varias generaciones de pobreza.
Para entender la tragedia que significa no tener un satélite de comunicaciones: El Programa Nacional de Telecomunicaciones (Pronatel, del Ministerio de Transportes) contrató servicios satelitales de comunicaciones para 1,300 poblados en Amazonas, Loreto, Madre de Dios y Ucayali, pagando una tarifa de US$ 1,600 por megabit por segundo. Sin embargo, en Lima se paga por megabit por segundo S/ 100. ¿Cómo se entiende esta locura? Brasil, que compró un satélite full digital a Francia, en la primera década del nuevo milenio, por US$ 455 millones (ahora cuestan mucho menos) paga US$ 36 por megabit por segundo. Argentina, que ha desarrollado sus propios satélites, paga US$ 20 por megabit por segundo.
Algo más. Un satélite de comunicaciones no solo integraría a los poblados más excluidos de nuestra sociedad a la revolución digital, sino que también empoderaría al Estado a desarrollar una audaz reforma de la educación nacional en base a la ciencia y tecnología.
Por otro lado, la compra de un satélite de comunicaciones permitiría desarrollar el más audaz proceso de reforma del Estado en base a la digitalización y simplificación de los procedimientos a través de las ventanillas únicas. Bajo el lema de cero papeles y cero sobrerregulación se podría avanzar en contra del Estado burocrático que bloquea inversiones, aumenta la pobreza y genera informalidad.
Pero eso no es todo. La digitalización del Estado peruano –hoy solo 45 instituciones contratan servicios satelitales de más de 2,000 entidades– permitiría luchar frontalmente en contra de la corrupción, porque todas las compras y proveedores del Estado serían transparentados en línea. En la actualidad existen municipios que contratan servicios satelitales de comunicación por 10, 8 y 6 meses, no obstante que los gobiernos locales atienden 12 meses al año.
Y finalmente, un satélite de comunicaciones digital permitiría integrar a las tres armas del Perú –es decir, al Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra– en un solo sistema de comunicación y operaciones.