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OPINIÓN/TRUMP, MADURO Y CINCO CAUTIVOS

Por: Luis Gonzales Posada.

 

detrás de Maduro están Rusia, Cuba, Irán, China y gobiernos satélites, como Nicaragua, Honduras y Bolivia.

La dramática y humillante situación en que se encuentran cinco venezolanos asilados en la residencia de la embajada argentina de Caracas constituye una clara muestra de la barbarie que caracteriza al régimen de Maduro, pero, al mismo tiempo, proyecta la absoluta inoperancia de los organismos multinacionales, como la ONU, la OEA y el propio Consejo de Derechos Humanos, incapaces de solucionar este problema, a pesar de que existen tratados sobre la materia, reducidos, lamentablemente, a papeles mojados en tinta; es decir, a simples declaraciones sin ningún valor ni efecto práctico.

Recientes informes señalan, en efecto, que se ha intensificado la siniestra presión del régimen, que utilizan drones para vigilar los movimientos de los 5 cautivos al interior de la sede diplomática, un local rodeado de francotiradores, carros patrulleros y agentes de la policía bolivariana que se desplazan armados con fusiles kalashnikov y perros pastores rottweiler.

En esa condición se encuentran los peticionarios de asilo político desde hace más de un año y todas las gestiones realizadas por la embajada de Brasil – que representa los intereses argentinos- para que les entreguen salvoconductos, no han merecido, siquiera, una respuesta del matonesco gobierno chavista.

En ese sórdido contexto, el diario Clarín de Buenos Aires ha denunciado (22/03/2025) que el espacio se ha convertido en «un enorme calabozo inhóspito al que le falta toda clase de servicios. No tienen luz, ni agua, ni alimentos, ni medicinas, ni aire, ni telefonía, ni gas, ni cocina eléctrica. Es un desierto lleno de mosquitos y alimañas donde están prohibidas las visitas y cualquier contacto con el exterior”.

Luego, Clarín agrega que los cinco «resisten en medio de la adversidad. Se las arreglan como pueden con un ventilador solar. Se alumbran con velas y se ventilan con abanicos a la antigua» y la crónica periodística advierte que los guardianes restringen el ingreso de alimentos.

En otras palabras, están secuestrados y torturados por un gobierno dictatorial que pretendía encarcelarlos, bajo la acusación de terrorismo y de preparar planes para ejecutar un magnicidio, sin ninguna prueba, situación en la que también se encuentran otros 120 extranjeros de 19 nacionalidades, entre ellos cuatro ciudadanos peruanos, según reveló el propio ministro del Interior, Diosdado Cabello.

No hay cifras confirmadas sobre el número de asesinados por el Ejército, la Guardia Bolivariana y los llamados “Colectivos”, que son bandas de sicarios motorizados financiados por el régimen, pero dos informes lapidarios del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, uno de ellos elaborado por la ex presidente de Chile, Michell Bachelet, dieron cuenta de centenares de detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, torturas, violaciones y otros actos delictivos que siguen en la impunidad.

El Foro Penal registra 1,196 presos políticos, de los cuales 125 son extranjeros de diversos países, acusados, sin ninguna prueba, de «acciones desestabilizadoras» y de terrorismo.

El chavismo gobierna desde hace 25 años y tiene un periodo más de 6 años, después del escandaloso fraude electoral que arrebató la presidencia al diplomático opositor Edmundo González Urrutia, ganador con el 67% de sufragios, tragedia que alarga esta pesadilla, que incluye la migración de 8 millones de seres humanos.

Trump puede hacer algo.

Por lo pronto, el presidente norteamericano ha revocado la licencia a la petrolera estadounidense Chevrón, que financia el 32% del presupuesto venezolano y ha impuesto aranceles de 25% a los gobiernos que compren petróleo y gas a Caracas, calculadas en otros 4 mil millones de dólares, al mismo tiempo que ha prohibido el ingreso de la cúpula chavista a su territorio.

La tarea, sin embargo, es compleja, porque detrás de Maduro están Rusia, Cuba, Irán, China y gobiernos satélites, como Nicaragua, Honduras y Bolivia. Pero, con el apoyo estadounidense a la lucha por la libertad y la democracia en la patria de Bolívar, se abren buenas expectativas.

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