¡PERÚ PUEDE SER EL PRIMER PRODUCTOR MUNDIAL DE COBRE!
Luego de la edición 36 de Perumin, desarrollada por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), una de las primeras conclusiones, a nuestro entender y más allá de la intención de algunos de pretender dorar la píldora, es que la minería ha sido detenida por la destrucción que han causado el Gobierno de Castillo y las campañas de la constituyente y de las nacionalizaciones. Luego de la megainversión de Quellaveco en Moquegua –inversiones que suelen demorar años en madurar– no se conoce de una nueva de esa magnitud. La inversión minera este año caerá en alrededor de 18%, jalando hacia abajo el PBI nacional.
Optimismo empresarial minero luego de Perumin 36
Sin embargo, una de las cosas más positivas del último Perumin, evidentemente, ha sido el optimismo de los directivos de las principales corporaciones mineras que, no obstante las adversidades, siguen apostando por el Perú. Por ejemplo, el presidente ejecutivo de Southern Perú, Óscar González Rocha, sostuvo que el Perú, en los próximos 5 años, podría convertirse en el primer productor mundial de cobre si aprovecha las ventajas que produce el cambio tecnológico del planeta a favor del metal rojo.
Al respecto vale mencionar que Chile y Perú suman el 40% de las reservas probadas de cobre en el planeta. El país del sur es el primer productor planetario del metal rojo con más de cinco millones de toneladas de cobre (TMC) anuales, mientras que el Perú es el segundo productor mundial con 2.5 millones de TMC. Si consideramos que el Perú tiene una cartera de más de 46 proyectos mineros que suman más de US$ 53,000 millones –el 80% de los cuales es de cobre–, entonces sí existe la posibilidad de que el país se convierta en primer productor mundial de este metal, siempre y cuando la sociedad y los políticos asuman el criterio de que el metal rojo es una bendición para las posibilidades del país.
La relación del cobre con el futuro del Perú crece en posibilidades bajo la influencia de la IV Revolución Industrial, sobre todo con la masificación de los autos eléctricos. Un auto eléctrico demanda cinco veces más de cobre que un vehículo tradicional y, considerando que la unidad eléctrica será más barata y más limpia para el medio ambiente, es incuestionable que la demanda del metal rojo se incrementará considerablemente. Vale destacar que la demanda mundial de cobre es de 26 millones de TMC, pero hacia el 2040 se elevará en cerca de 60%.
El optimismo empresarial es digno de resaltarse, sobre todo porque durante el Gobierno de Castillo el Ejecutivo alentó a las minorías radicales y renunció a defender el Estado de derecho en las áreas mineras. Diversas minas de talla mundial, con todos los permisos y licencias, fueron paralizadas sin razón alguna, tal como sucedió con el proyecto Tía María de Southern Perú en Arequipa y Conga en Cajamarca. En este contexto, González Rocha anunció que “en Southern se pretende producir 600,000 TMC más de cobre adicionales a las 450,000 TMC anuales que la empresa produce en la actualidad”.
La minería moderna es la diferencia entre la prosperidad y la pobreza.