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PERÚ Y LA DISPUTA POR LA PRODUCCIÓN DE COBRE MUNDIAL

El Perú puede perder su condición de segundo productor mundial de cobre, no obstante que es el segundo país en el planeta con mayores reservas probadas del metal rojo. El año pasado, el Perú produjo 2.4 millones de toneladas métricas de cobre (TMC); sin embargo, para el 2024 se proyecta un incremento de 2.7 millones de TMC que, como se dice, estaría por verse por la falta de nuevas megainversiones. En este contexto, Chile seguiría produciendo más de 5 millones de TMC y el Congo proyecta una producción de más de 2.8 millones de TMC.

El Congo desplazará al país como segundo productor del metal rojo

 

En semejante escenario nuestro país perdería su condición de segundo productor mundial de cobre, a pesar de sus grandes reservas de este mineral. Entre Perú y Chile suman el 40% de las reservas mundiales del metal rojo.  Vale señalar que, a nivel mundial, se han identificado depósitos de más de 2,100 millones de toneladas métricas de cobre, de las cuales más del 65% están emplazadas en Chile, Australia, Perú, México y Estados Unidos.
Entre los principales países con mayores reservas de cobre no está el Congo, cuyos yacimientos están entre el 3% y 5% del total del mundo. ¿Por qué razón entonces el mencionado país africano puede desplazar al Perú como segundo productor mundial del metal rojo? En primer lugar, por la crisis política y la alta conflictividad social que generan los grupos radicales antimineros y anticapitalistas en el Perú. Semejante escenario ha paralizado casi todos los grandes proyectos de cobre. Igualmente vale destacar que, no obstante las limitadas reservas de cobre del Congo, el metal rojo en el país africano tiene leyes muy altas (se encuentra más cobre en promedio).
La noticia es devastadora y nos revela cómo los peruanos nos disparamos en los pies. Por sus reservas probadas, el Perú debería estar produciendo más de cinco millones de TMC y debería estar disputando el primer lugar con Chile en la producción del metal rojo. El Congo no tiene nada que ver en la disputa planetaria en la producción de cobre.
Sin embargo, desde el pasado gobierno nacionalista, cuando se paralizó la producción de Conga en Cajamarca, con el lema “agua sí, oro no”, comenzó a desatarse una suma de leyendas y mentiras sobre una supuesta amenaza para el medio ambiente y los recursos hídricos de parte de la minería moderna. Las oenegés de izquierda, envueltas en una supuesta defensa de la ecología nacional y las poblaciones, comenzaron a recibir fondos de países y entidades que necesitaban detener la producción de cobre peruano para que algunos especuladores en bolsas incrementaran sus ganancias, ante la escasez del mencionado metal.
Y al final lo consiguieron, tal como lo comprobamos con la cierta ventaja con la que aparece hoy el Congo frente a la producción nacional. Para entender el daño que causa el radicalismo antiminero y las oenegés de izquierda vale señalar que si se hubiese concretado de la inversión de Conga y todas las demás minas del llamado cinturón de cobre del norte (entre ellas La Granja, Galeno, Michiquillay) el Perú le habría agregado alrededor de un millón de TMC a su producción anual. Asimismo, todas las cosas se habrían potenciado en la producción del metal si el proyecto de Tía María en Arequipa estuviese en marcha.
Los sectores antimineros y las oenegés de izquierda nunca han presentado argumentaciones técnicas ni medioambientales para oponerse a las inversiones en cobre. Sin embargo, mediante la lucha política y la violencia han sido eficaces para detener la minería peruana.
Si el Perú estuviese ejecutando su cartera de proyectos de cobre estaría creciendo sobre el 5% anual en promedio y la pobreza estaría cayendo hasta debajo del 15% de la población. Hoy la pobreza casi llega al 30% y es exclusiva responsabilidad de la izquierda anticapitalista y antiminera.
TOMADO DE: El Montonero

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