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¿QUÉ QUIEREN LOS REVOLTOSOS?

Escribe: Ricardo Sánchez Serra

 

Y no hay que olvidar al fracaso de los gobiernos regionales y municipalidades provinciales del interior. Tienen mucho dinero para progresar, pero hay mucha corrupción, no utilizan adecuadamente los fondos y devuelven mucho dinero porque no saben hacer expedientes para construir hospitales, colegios, carreteras. Ellos son los grandes culpables que no avancen sus jurisdicciones, y no Lima.

 

¿Qué quieren los revoltosos (terroristas)? La destrucción del país, el caos, la anarquía, la instauración de un régimen comunista, que desprecie la las libertades. Nada más. Lo demás es paja mental. Eso de que renuncie Dina Boluarte, cierre el Congreso, Asamblea Constituyente, son pamplinas.
Solo quieren un país en incertidumbre y con caos. Felizmente son una minoría demostradamente financiada y que coordina muy bien la toma de carreteras, aeropuertos y ataques a las entidades públicas y privadas.
¿Qué logran con sus supuestas demandas? Nada. Se va la débil Dina (ella no tuvo el coraje de mantener el orden), entra el fuerte Williams, transitoriamente para convocar elecciones en ocho meses y sí tengo la confianza que impondrá el orden por las buenas o por las malas. Los terrucos no quieren a Williams (porque los destruirá) y pretenden nuevas elecciones para la Mesa Directiva. No pues, le toca gobernar, así que no hay que ceder al chantaje.
Quieren prontas elecciones para seguir destruyendo el país. Sin reforma electoral, con una ONPE y JNE desprestigiados y que no ofrecen confianza, el país continuará en una senda sin futuro. ¿Candidatos? ¿Los mismos? Pues con fast elections se descarta a los partidos en proceso de inscripción.
A propósito, es hora de fortalecer los partidos políticos, que son base para mantener una democracia y una estabilidad. Se quiso destruirlos y también con ayudadita de ellos mismos por falta de democracia interna. No volver al pasado. Pero tampoco lo que hay ahora, más de 19 partidos aptos para las elecciones.
No es democracia que tengamos tantos partidos y un Parlamento tan revuelto que se hace difícil gobernar y ser eficiente. Salvo algunas figuras luminarias, este Congreso es un desastre, chantajeado internamente y algunos buscando prebendas con el Ejecutivo.
Y no hay que olvidar al fracaso de los gobiernos regionales y municipalidades provinciales del interior. Tienen mucho dinero para progresar, pero hay mucha corrupción, no utilizan adecuadamente los fondos y devuelven mucho dinero porque no saben hacer expedientes para construir hospitales, colegios, carreteras. Ellos son los grandes culpables que no avancen sus jurisdicciones, y no Lima.
En resumen, fórmula para destruir al país:
Gobierno débil, con miedo al qué dirán.
Falta de patriotismo en los políticos y legisladores
Elecciones adelantadas a la loca, sin reforma electoral.
Injerencia de otros países en asuntos internos, sin respuesta adecuada.
A propósito, leí con estupor el memorando del vicecanciller Nacho Higueras, en donde llama la atención a muchos embajadores peruanos, jefes de misión, por su incapacidad e inacción de explicar la situación peruana, contribuyendo a la mala imagen que el Perú tiene en el exterior por falta de información veraz. Sanciónelos, tráiganlos a Lima sacándolos de su confort y nombre diplomáticos patriotas o que los interinos hagan su trabajo.
La Cancillería hace tiempo que está en caos y ha empeorado con tristes ideologizados embajadores retirados, que han destrozado la política exterior y han alejado al Perú de países amigos. Esos viles diplomáticos castillistas siguen en funciones. ¡Qué vergüenza que la Cancillería se burle del país!
Así, por consiguiente, todo camina mal y de ese desgobierno aprovechan los subversivos.
¡Despierta Perú!

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