debería ser una preocupación de todos es porque no podemos ser indiferentes sobre todo si vivimos en sociedad
Amigos, casos como lo sucedido esta semana en el exitoso restaurante «Panchita» de Gastón Acurio y hace un tiempo en el mismo Congreso respecto a la violación de una trabajadora, nos debe llevar a una obligada y profunda reflexión. Es por eso que en esta oportunidad consideré vital tocar este tema tan sensible como lo es la salud mental en el trabajo.
Admiro y respeto mucho a los profesionales de la salud mental, es más, creo que jamás tuvieron tanto trabajo por hacer como hasta ahora, pero pienso que también debe ser una preocupación de todos como sociedad. Estamos acaso olvidando que la PANDEMIA fue algo realmente devastador que nos pasó a los seres humanos y que dejó terribles secuelas físicas y mentales.
En enero 22 -Gestión- indicó que el neumólogo del hospital nacional Cayetano Heredia, Oscar Gayoso, en declaraciones a la agencia Andina señaló que las secuelas físicas más comunes debido al COVID-19 eran, entre otras, sensación de malestar general, incapacidad para concentrarse, palpitaciones del corazón, cansancio mayor al usual, síntomas pulmonares.
Casos graves: daño en el tejido pulmonar, el uso del oxígeno medicinal en altas concentraciones, sin bien salva vidas, puede formar radicales libres que afectan esa parte del órgano. Granulomas en la tráquea: para casos de pacientes que se les colocó un tubo endotraqueal.
De acuerdo con un estudio publicado por la revista Science sobre el impacto del coronavirus en el sistema nervioso central, las secuelas neurológicas pueden ser varias, tales como la confusión (llamada “niebla mental”), los ictus (riesgo de accidente cerebrovascular), los trastornos neuromusculares, dolor de cabeza, alteraciones sensoriales (alteración de sensibilidad en la piel). Depresión, fatiga, Psicosis.
Sumemos a todo eso el aislamiento que agudizó aún más los problemas que muchos seguramente ya padecían en sus casas (feminicidios, abusos a menores, etc). El temor a la muerte, la ansiedad, el suicidio, estrés, la pérdida de familiares, entre otras cosas. Gracias a Dios no todos vivieron la pandemia de igual manera, si no el drama de la salud mental estaría rebalsado.
Entonces cuando digo que debería ser una preocupación de todos es porque no podemos ser indiferentes sobre todo si vivimos en sociedad (inclusive podría ser tu compañero (a) de trabajo).
Debemos empezar por reconocer que es algo que se debe tratar profesionalmente, y quienes lo han identificado en escala menor aquí comparto con ustedeslas recomendaciones de UNICEF: Descansar, practicar deporte, trabajar, hablar sobre la salud mental, mantener buenas relaciones con la familia, amigos y comunidad, además de acudir a los profesionales de la salud mental.